SILVIA ELENA REGALADO: IZQUIERDA QUE AÚN PALPITAS y DESNUDA DE MÍ


Jorge Luís Borges decía que lo mejor no era leer, sino releer. Y tenía razón. Hace un par de días estuve leyendo nuevamente dos libros de poemas de Silvia Elena Regalado, “Desnuda de mí” e “Izquierda que aún palpitas” y, como suele suceder cuando un libro cae en mis manos por segunda vez, encontré y descubrí, en esta pareja de poemarios, imágenes y metáforas muy bien logradas, nuevas ideas, me topé con más de una belleza que no había visto y sentido la primera vez.

Yo no soy quién para analizar estos libros; pero sí tengo el derecho de dar mi opinión y es que ambos libros me gustan, aunque podría decir que mi favorito entre los dos es “Desnuda de mí”.

1- “Desnuda de mí”, que se terminó de imprimir en junio de 2001, tiene un prólogo interesante y muy particular, es un prólogo anti-prólogo, escrito por el poeta Francisco Andrés Escobar. Dice él, entre otras cosas, que ha: “terminado por entender que explicar la poesía es faena harto inútil. La poesía es un movimiento del espíritu por atrapar al espíritu y volverlo palabra en la palabra. Y este empinamiento del alma al infinito trasciende toda didáctica. Un poeta, una poeta, vuelven verbo al Verbo. Y la poesía es Verbo encarnado en el poema. Es lo que más puede decirse sobre el misterio poético. Lo demás es insufrible taxonomía…”. Y más adelante continúa diciendo: “Silvia Elena es poeta por el modo como vive. La poesía es en ella una disposición, una apertura. Una tensión hacia el verbo que busca la mediación de la poeta para volverse palabra. Por eso escribe poesía: porque es antena sensible y oficiosa vuelta hacia la eternidad.”

Silvia Elena inicia el libro así:

Diluíme.
Sostenete en mi cuerpo.
Abrí todos los vuelos
que esconde mi piel.
Incendiame.
No hay pretexto
para no despertar
estos cuatro sentidos
del milagro
de existir…

Y así, en cuatro partes están dividido el libro “Desnuda de mí”: Tierra, aire, agua y fuego, los cuatro antiguos elementos. He aquí dos de los poemas que más me gustan de este libro. El primero, “Raíces”, aunque escrito muchos años antes de que alguno de nosotros hubiese escuchado el nombre de Barack Obama, no puedo hoy dejar de relacionarlo con él y además este poema lo siento muy cerca de las históricas luchas del pueblo salvadoreño por la justicia social.
RAÍCES

Nadie dirá
que mis antepasados fueron negros,
que esta libertad intransigente de mis manos
tiene sus raíces
en esa esclavitud
que humilló
a la más hermosa de las razas.

Nadie sospecha.
Mi pelo encubre historias.
Sin embargo,
hay una sabiduría de la sangre
que busca
un ancestral llamado de tambores
y se rebela fiera
contra todas la esclavitudes.

MI HIJA

Voy a su encuentro,
unos cuantos minutos me separan de su risa.
Hace doce años ni siquiera era sospecha,
apenas un óvulo desconocido entre otros cientos.
Esta semillita ahora se desplaza,
corre,
eleva sus piernas en el aire,
danza.
Alza su mirada hacia otras latitudes
-no importa si no las comprendo-
la plenitud le pertenece,
no solamente en el código que le propuse,
sino,
principalmente,
en el código que ella descubra
y reinvente.

El libro está lleno de estos y otros bellísimos poemas. Y hacer poemas es una de las cosas más difíciles de entre todas las formas de hacer literatura. En diciembre de 2003 Silvia Elena escribió lo siguiente: “Nos aproximamos a la poesía porque la sentimos, porque sentimos la necesidad profunda de decirla. A medida que avanza el tiempo, llegamos a la etapa de revisarla, podarla, limpiarla, perfumarla, como se haría con una hija con la que nos une el amor, pero el amor en sí mismo no es suficiente, digo, el amor debe traducirse en cuidado, en atención, en esfuerzo y desvelo. Ahí quizá nos volvemos verdaderos poetas, así como en la experiencia nos volvemos verdaderos padres”.

2- “Izquierda que aún palpitas” es un poemario que se terminó de imprimir en octubre de 2002 y contiene muchos poemas dotados de hermosura. Sobre esta colección lírica Elmer L. Menjívar, quien escribe el prólogo, dice: “Se trata de un libro abundante: ochenta poemas. Ochenta poemas se dice fácil, pero es dificultoso mantener alta la voz en un canto tan largo. Silvia Elena logra instalarse cómoda en este paseo emocionado…”. Y más adelante dice: “Es un libro limpio, laborioso, exigente, humanamente imperfecto, vivo.”

He aquí un par de poemas de este libro (que tiene la característica que ninguno de sus poemas tiene título, por lo que me tomaré la libertad de iniciar con mayúscula toda la primera palabra de cada poema, para distinguir donde empieza uno y otro):

A Katya Miranda
UNA niña
es mi madre caminando en la tierra
en el tiempo de ella
que no me sospechaba.

Una niña soy yo
desde un ayer eterno
mi sueño de vivir
mi derecho de escribir.

Una niña es mi hija
esa flor de mí misma
mis preguntas
mi respuesta rotunda.

Una niña
somos todas la mujeres del
mundo.

QUÉ alivio confesarme,
despintarte el absurdo de mis venganzas,
tener la libertad de revelarte
que soy ave
pero que tantas veces repto
y me consume la pequeñez humana
de mi infierno.

Qué alivio no falsificarte la apariencia
dejar correr mis miedos y fantasmas
mostrarte esta locura de vivir
hecha un ovillo,
el olor agónico de la esperanza
que no encuentra tierra donde plantarse,
que no esté la soledad para escucharme
y que vos me abracés y me besés la frente.

Silvia Elena Regalado, quien nació en San Salvador el 31 de agosto de 1961, es poeta, licenciada en Comunicaciones, profesora de letras y Master en Administración Educativa.

Este día recomiendo leer “Izquierda que aún palpitas” y “Desnuda de mí”, de Silvia Elena Regalado.

ÓSCAR PERDOMO LEÓN.

4 respuestas a “SILVIA ELENA REGALADO: IZQUIERDA QUE AÚN PALPITAS y DESNUDA DE MÍ

  1. Silvia Elena es probablemente la más prometedora voz poética que se alza en El Salvador contemporáneo, y que llegará a ser uno de nuestros orgullos nacionales, al igual que nuestros «santos literarios» que hoy embanderamos, pero mejor, como siempre sucede con toda la acumulación de aprendizaje histórico y evolución de la energía infinita.
    3.1416kin

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  2. Gracias, Óscar y Érika!! Un abrazo grande y felicitaciones por este espacio que ustedes alimentan con su creatividad, su pasión y su corazón sin dimensiones físicas!
    Silvia Elena

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