En la película “La sociedad de los poetas muertos” Robin Williams dice las siguientes líneas: “We don´t read and write poetry because it´s cute, We read and write poetry because we are members of the human race…”
Escribimos para comunicarnos porque somos entes sociales. Queremos expresar ideas, emociones, algunas experiencias vividas. Nos gustaría compartir con otros el placer o el dolor que hemos sentido, porque hay un goce muy claro en saber que alguien más nos comprende o se identifica con lo que hemos escrito.
La poesía es una de las maneras más sublimes de expresar todo lo que queramos. Y quizás una de las más difíciles. Es la habilidad de la síntesis. Decirlo todo con tan poco. Y que ese poco nos diga tanto y además nos conmueva es casi como un milagro. Es verdaderamente arte. Por supuesto que es relativo. Hay poemas bastante largos; pero nunca comparados con la extensión de una novela. Y ambas maneras de reflejar el mundo son diferentes, pero no se anulan la una a la otra; al contrario, se complementan.
Claribel Alegría dijo:
POESÍA
Mi camino eres tú
yo soy tu espejo.
Roque Dalton trató de definirla:
LA POESÍA
El hombre de los ojos iracundos preguntó: ¿Qué es la poesía?
El hombre de los ojos limpios
mirole profundamente, sin proferir palabra.
En su mirada había poesía.
Pero podemos intentar expresar con poesía todo nuestro interior o hablar sobre las cosas que nos rodean, como en este poema que habla de la guerra, de David Escobar Galindo:
XLIII
Abran LE MONDE
Oigan la BBC
Miren 24 HORAS
Allí están las salpicaduras
sobre las baldosas
Las cabezas en sacos de yute
Los niños con ojos
de yeso
Pero el anónimo heroísmo
cotidiano
de los sobrevivientes
jamás
será
noticia.
O este poema de Jorge Luís Borges que toca lo externo y lo interno del mundo –del que formamos parte-, que nos sumerge en nuestra conciencia al mismo tiempo que nos lleva por un viaje por la historia universal:
UNA BRÚJULA
Todas las cosas son palabras del
idioma en que Alguien o Algo, noche y día,
escribe esa infinita algarabía
que es la historia del mundo. En su tropel
pasan Cartago y Roma, yo, tú, él,
mi vida que no entiendo, esta agonía
de ser enigma, azar, criptografía
y toda la discordia de Babel.
Detrás del hombre hay lo que no se nombra;
hoy he sentido gravitar la sombra
de esta aguja azul, lúcida y leve,
que hacia el confín de un mar tiende su empeño,
con algo de reloj visto en un sueño
y algo de ave dormida que se mueve.
Hay personas que no son sensibles a la poesía. Quizás tuvieron una mala experiencia con algún libro y cuando por fin se disponen a leer otro –de poesía- entran con un prejuicio que inutiliza su sensibilidad.
Si algunos la sienten más y otros menos, es como el conflicto eterno de ser o no ser. Pero yo estoy convencido que el mundo no sería igual si no existiera la poesía, porque somos miembros de la raza humana y la poesía es algo inherente al ser humano.
Texto y fotografías:
Óscar Perdomo León