DÍA DEL MÉDICO 2020

Soy doctor en medicina. Todas las demás actividades que hago, como escribir libros o hacer música, son satélites felices que giran alrededor del planeta medicina. Me veo a mí mismo en el espejo y en verdad me gusta ejercer mi profesión.

Tengo muchos recuerdos, buenos y malos, de todos los años que trabajé en diferentes hospitales del país. Siempre vi nosocomios, por un lado, llenos de pacientes; y por el otro, con insuficiente cantidad de médicos para atender, como se debería, a los pacientes. Y aun así, con tanta carencia, con tanta escasez que ha sido como una tradición malsana en nuestros hospitales, siempre vi a muchos médicos entregarse a su trabajo con un corazón grande y elástico, los vi haciendo el bien más allá de sus obligaciones.

Muchas veces me molestó la arrogancia de algunos médicos, pero si lo pienso bien, la mayoría hacían su trabajo con humildad y con entrega sincera.

Hoy, en este aciago año 2020, el gremio médico está de luto. Muchos médicos salvadoreños han muerto debido a la infección de Covid-19. Y los que quedan vivos, no han tenido tiempo de llorar por sus colegas, porque trabajan muchas horas y viven bajo riesgo todo el tiempo.

Esta pandemia nos ha golpeado fuerte, pero estoy seguro que ha sacado también lo mejor de aquellos doctores que ejercen con amor y vocación su carrera.

Este 14 de julio, Día del Médico, les mando un abrazo solidario a todos los galenos. Y los invito a mantener vivas, a pesar de este tiempo tan oscuro, la esperanza y la alegría.

Escrito por

Óscar Perdomo León.

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MEDIDAS CONTRA EL CORONAVIRUS EN EL SALVADOR

Aunque en El Salvador no hay aún ningún caso confirmado de coronavirus, les traigo aquí las medidas de prevención implementadas por el gobierno de Nayib Bukele.

El video que verán a continuación es del 15 de marzo de 2020.

Agregaré aquí otros dos videos más; uno sobre el interferón que se está fabricando en Cuba y el otro sobre lo que pasa en España referente al coronavirus.

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DIABETES E HIPERTENSIÓN: ENFERMEDADES CRÓNICAS.

Una enfermedad crónica es aquella alteración de la salud que el paciente padece por tiempo prolongado, es decir, por meses o años. Por el contrario, una enfermedad aguda es aquella de inicio reciente y por lo regular de corta duración. Y ambos tipos de trastornos los pueden padecer tanto los adultos como los niños.

Cuando un paciente se enfrenta con una enfermedad crónica, una dolencia con la que, en muchos casos, tendrá que vivir durante toda la vida, es otra manera de casarse. En efecto, hay enfermedades que se la pasan todo el día a nuestro alrededor, se acuestan con uno y por la mañana están  siempre ahí, presentes.

No malinterpreten la comparación. Nuestras parejas sentimentales no son enfermedades; a lo que me refiero es a la constancia de la presencia, que es algo a lo que nos llegamos a acostumbrar y que a veces lo damos todo por sentado. Sin embargo, las enfermedades crónicas, como la hipertensión arterial o la diabetes mellitus pueden pasar desapercibidas por períodos y los pacientes se atienen y descuidan y no les dan la importancia debida. Pero hay que estar claros que una vez diagnosticadas estas enfermedades (la hipertensión y la diabetes), no hay marcha atrás, es decir, hasta el día de hoy, estas son enfermedades incurables. Pero la buena noticia es que son también padecimientos controlables.

Las personas hipertensas deben estar periódicamente tomándose la tensión arterial y las diabéticas tomándose la glucosa en ayunas. Por supuesto que hay otros exámenes que deben hacerse en ambas enfermedades; pero lo básico de esto que escribo reside en lo siguiente: el paciente con una enfermedad crónica debe conocer su enfermedad y tratar de convivir con ella de la manera más sana posible.

Dice la voz popular que los médicos son los peores pacientes que existen. Tal vez tengan razón quienes dicen eso: los médicos somos bastante renuentes a someternos a los tratamientos. Pero debemos entender nosotros, los Doctores en Medicina (o matasanos, como nos dicen «cariñosamente»), que no somos dioses ni seres de otra galaxia; somos simples seres humanos dedicados a tratar de ayudar a otros a controlarse o curarse de sus afecciones.

Se puede disfrutar de la vida aun padeciendo de enfermedades crónicas, toda vez que las mantengamos a raya y bien controladas.

Texto:

Óscar Perdomo León

Fotografía extraída de:
http://medicablogs.diariomedico.com/psiquinfantojuvenil/2009/12/29/el-paciente-feliz/