La negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación son las cinco fases del duelo. Sin embargo, la mente humana es muy compleja y esas fases a veces no siguen una línea ordenada ni cronológica y se pueden entremezclar.
Apenas este 24 de diciembre falleció mi hermano Mario Roberto. A veces se me viene de golpe la incredulidad y no me acostumbro a la idea de que no volveré a verlo. Crecimos juntos y jugábamos desde niños en la casa familiar. ¡Cuántos recuerdos!
Quiero compartir con ustedes un video en donde él y yo tratamos de cantar Las mañanitas. Y luego le sigue una grabación de 1972 que hizo mi papá de la voz de Mario Roberto, cuando él apenas tenía la edad de 5 años.
¡Estás siempre en mi corazón, querido hermano!
Para quienes no puedan hacer correr acá en mi blog este video, lo pueden hacer dando un clic AQUÍ.
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(NOTA. A raíz del fallecimiento de mi hermano, traigo a cuenta un recuerdo de algo que escribí hace ya un par de años; para leerlo le pueden dar un clic aquí: DESEOS POST-MORTEM.)
El 24 de diciembre es un día de fiesta nacional en El Salvador, pero para mi familia fue un día muy triste. El 24 de diciembre de 2022, a la 1:35 de la madrugada, falleció mi hermano Mario Roberto Perdomo León, después de una larga lucha de aproximadamente 4 años contra el cáncer de tiroides. Mi hermano nació el mismo año en que salió el Sargento Pimienta de The Beatles, en 1967, un 5 de junio.
Recuerdo que siendo un bebé gordito era tan blanco de la piel que yo lo relacionaba con el color de la yuca. Desde niño tenía mucha facilidad para dormir. Y era de una manera peculiar muy distraído, pero esa distracción que nosotros veíamos era en realidad su fantasía revoloteando en su cabeza y era también a veces su curiosidad; recuerdo que siempre desarmaba los juguetes que nos compraban. De niño fue muy bonito y de adulto joven era tan guapo que siempre fue irresistible para las mujeres. Se graduó de ingeniero electricista.
Tengo muchos recuerdos de él y si hiciera una lista de ellos, esa lista sería interminable.
El día de su entierro dije brevemente unas palabras sobre él. Puedo describirlo con una frase: ´el corazón de Mario era cristalino´. Nunca hubo segundas intenciones en su manera de actuar, siempre fue un amigo fiel y siempre se acompañaba de una sonrisa sincera.
Normalmente publico en este blog cada martes, pero lo hago este día en domingo, como una excepción necesaria, pues hoy 3 de octubre de 2021 se cumplen dos años del fallecimiento de mi hija Beatriz. Esta publicación va dedicada su memoria.
Beatriz y yo escuchamos música juntos muchas veces. Y en ocasiones nos recomendábamos canciones. Bien recuerdo que una vez ella me invitó a escuchar Fix you (de Coldplay) y yo le mostré The gates of delirium (de Yes), y entonces las escuchamos juntos. (Ahora cuando vuelvo a escuchar Fix you me sorprende cómo su letra se relaciona tanto con lo que siento por Beatriz).
What is life (de George Harrison) me recuerda a Beatriz porque (además de que los dos amábamos a Harrison) ella bailaba como la niña que sale bailando en el video.
You really got a hold onme (de Smokey Robinson, pero en la versión de The Beatles) me la recuerda porque es la canción que ella y su hermana Laura se dedicaban mutuamente en plan de broma.
Hay muchas canciones que me recuerdan a la Bea, pero aquí abajo compartiré sólo las que he mencionado.
Por otro lado, incluyo al final de los videos, el poema «Caducidad», escrito por mi hija.
Beatriz Andrea Perdomo Pacas
(7 de noviembre de 1998 – 3 de octubre de 2019)
Beatriz, siempre en mi memoria, siempre en mi corazón.
EL día 08 de mayo de 2021 falleció un viejo amigo de mi papá: don Salvita Guzmán.
Lo conocí en Atiquizaya siendo yo un niño de unos 5 ó 6 años de edad, allá por 1969 o 1970, y lo tengo muy presente en mi memoria por su sonrisa tan sincera, y por la alegría que se sentía en el ambiente de mi casa cuando él y mi padre se juntaban a platicar. Hablaban y hablaban, y reían a carcajada limpia, sin restricciones.
A principios de los años ´70 él se fue a estudiar a una universidad de los Estados Unidos. Estando allá, le escribió una carta a mi papá y éste le respondió un 29 de noviembre de 1972. Mi papá falleció solo nueve días después, el 08 de diciembre, a causa de un evento cerebro vascular hemorrágico. (Falleció cuando mi hermana Wendy, recién nacida, tenía apenas 35 días de vida).
Me lo encontré a don Salvita en varias ocasiones en San Salvador y siempre fue una alegría verlo.
Don Salvita me contactó muchos años después de fallecido mi papá y me invitó a su casa (porque me dijo que quería regalarme algo). Yo acudí y platicamos de muchas cosas, entre ellas de música; recuerdo que hablamos mucho de Carole King, de sus álbumes Tapestry y Fantasy; también recuerdo que escuchamos una música árabe y me dijo que a veces no necesitamos entender la letra de una canción para comprender su intención y su belleza.
Ese día en su casa me contó una anécdota. Me dijo que mientras estudiaba en la universidad, tenía la costumbre de revisar su buzón de correo todas las tardes, pero que esa mañana del 08 de diciembre de 1972, él se levantó temprano con una corazonada y antes de irse a su clase se fue para el buzón de correos y ahí encontró la carta de un paisano de nuestro pueblo, que le contaba la noticia de la trágica muerte de mi padre. Me dijo que él se fue muy triste y estuvo distraído durante toda la clase matutina. Por la tarde del día siguiente regresó al buzón y ahí encontró la carta que mi papá le había mandado. Me contó que la leyó en medio de sentimientos agridulces, entre lágrimas de tristeza y risas, porque mi papá era muy ameno para narrar las cosas.
Ese día en su casa me regaló precisamente esa carta, la carta que mi papá le había escrito. Estaba intacta, con su sobre y todo. ¡Cuántos años guardó don Salvita la carta de su amigo! Hoy esa carta original está en manos de mi hermana Wendy y yo tengo una copia exacta enmarcada.
Lamento mucho, ahora inútilmente, no haber tenido más ocasiones para platicar con don Salvita.
Mis recuerdos cariñosos para Salvador Otoniel Ibarra (conocido como Salvador Otoniel Guzmán), don Salvita.
Mi padre había sido ingresado en el hospital y yo, que apenas tenía 7 años de edad, me la pasaba por las noches acostado mirando el techo, fotografiando con mi memoria las manchas en las paredes y lloriqueando como una esponja exprimida, porque, aunque nadie me lo había dicho directamente, sabía -o intuía- que mi padre tenía una enfermedad grave. Él era un hombre joven de apenas 33 años de edad que estando en aparente buen estado de salud había caído de pronto inconsciente al suelo, después de una terrible y repentina cefalea.
Unos días después mi tío Julio me mintió, diciéndome que me llevaría al hospital a ver a mi padre.
-Pero antes vamos a pasar a hacer un mandado –me dijo, mientras el teatro, la alcaldía y la maravillosa catedral de Santa Ana veían al hombre y al niño atravesarse el parque.
Al doblar una esquina, después de caminar un par de calles, vi la funeraria y a toda esa gente de luto. Entramos sigilosamente. El ambiente parecía brumoso. Seguir leyendo «MI PADRE»→
Este diciembre ha sido agridulce. Pero he recibido varios regalos «musicales» que sé que llevan mucho cariño: un libro para aprender las técnicas de la guitarra clásica, una guitarra Yamaha y una guitarra Fender. ❤️
Infinitas gracias Laura María Perdomo Pacas, Beatriz Perdomo Pacas, Gustavo Andrade, Arecio De León y Mario Edgardo Romero.
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Con respecto a la guitarra Fender me gustaría publicar las palabras escritas por mi hija Laura María:
«Quizás a finales de julio o principios de agosto, Bea me dijo que quería que le compráramos una guitarra a mi papá porque la suya ya no sonaba del todo bien y que se la diéramos para su cumpleaños (el 17 de octubre). Después de eso, medio anduvimos hablándolo más y viendo un par de opciones, pero nada serio, «teníamos tiempo para hallar algo bueno».
«Bea falleció el 03 de octubre y ya no pudo ser parte de la decisión de cuál guitarra elegir, pero quise cumplir su deseo y, para esta Navidad, le regalé esta Fender a mi papá. De casualidad, un día antes de dársela, andaba buscando chongas en el cuarto de Bea y hallé el papelito de la última foto que tiene la letra de una de las canciones de The Beatles («The End»); no sé cuándo ni para qué, pero Bea lo había escrito, así que lo agregué al interior del estuche de la guitarra.
«Me alegra muchísimo haber cumplido el deseo de Bea de hacerle este regalo a mi papá y ver cómo a él le ha gustado y lo ha estado disfrutando. Sé que ella estaría feliz.
«P.D.: gracias, Fran, por ayudarme a encontrar la guitarra perfecta y andar en todas esas vueltas conmigo.» ❤
Cada quien lleva su duelo como puede. Y yo he canalizado mi dolor recolectando recuerdos de Beatriz Andrea.
La muerte de un ser muy querido duele de verdad. Uno llora a mares y parece que después las lágrimas se nos acaban. Pero no. Las lágrimas vuelven en el momento menos esperado.
Me tomaron esa fotografía el día del sepelio de mi hija Beatriz. Quise sonreír y no pude. Uno llora también con la mirada.
He aprendido después de todo este mes de duelo que las únicas cosas que me han ayudado a sobrevivir, a seguir sintiéndome una persona cuerda y normal, son las siguientes:
1-Haber estado compartiendo mi tiempo con mi hija Laura María. Un día después del entierro de Beatriz, Laura María se vino conmigo a pasar un tiempo en mi hogar. Hicimos muchas actividades juntos: cocinábamos, comíamos, mirábamos películas, escuchábamos música, charlábamos, recordábamos a Bea y a veces, también, llorábamos el uno junto al otro.
2-Continuar trabajando. Abrí mi clínica un día después del sepelio. Dar consultas a mis pacientes me hace sentir una persona útil y de bien.
3-El apoyo de mi familia, de la mayor parte de ella, ha sido invaluable, pero especialmente el de mi hermana Wendy, el de mi mamá y el de mis primas.
4-Hablar con los amigos. Los amigos de verdad están con uno en las buenas y en las malas.
10-Me llenó de orgullo saber que hace unos días se publicó en la UCA una revista con los mejores ensayos escritos por los estudiantes de psicología; y entre los mejores 6 ensayos estaba el escrito por Beatriz, junto a sus compañeras Émely y Nuryel. Además uno de los catedráticos dijo que Beatriz llevaba las mejores notas.
12-Recolectar en mi blog personal cosas que guarden en mi memoria los recuerdos de Beatriz. Y de alguna manera homenajear su memoria.
13-Que me pregunten cómo estoy. Eso ayuda mucho. Permite que yo mire mi interior y me exprese. (Por el contrario, que me digan -aunque lo hagan con muy buenas intenciones- «Sé fuerte» o que me digan cómo debería sentirme, eso de verdad ayuda muy poco).
14-La empatía. Dejar de pensar por un momento en mi dolor y entender el dolor de otros, ha sido una de las mejores maneras de curar mi propio dolor.
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Así que, mirándome hoy en el espejo, me doy cuenta que, a pesar del dolor, he aprendido que soy afortunado y soy más fuerte de lo que creía ser.
Escrito por
Óscar Perdomo León.
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Parte de la familia el día del sepelio de Beatriz, el 04 de octubre de 2019.
Esta fotografía, en donde estoy con mi hija Beatriz, es una de mis favoritas. Aquí ella era una pequeña niña, pero recuerdo que siempre fue muy adelantada intelectualmente para su edad.
Todos tendremos un final algún día. Y Beatriz Andrea Perdomo Pacas se nos ha ido prematuramente a la edad de 20 años. ¡Se me murió mi niña!
Durante su vida nos hizo muy felices con su amor, su sagacidad, sus charlas inteligentes, y sus ocurrencias inesperadas y graciosas.♥️
Acepto su partida inevitable, irreversible, pero -¡puta mierda!- cómo duele esto.
Alguien dijo por ahí que no existe el infierno y estoy de acuerdo con esa persona, no existe ni el cielo ni el infierno. Pero este dolor que tengo en mi corazón y en mi mente es verdaderamente un infierno.
Bea querida:
Me consuela saber que ya no estás sufriendo. Siempre estarás en mi corazón y en mis recuerdos, hija linda.
Cuando les escribo o les digo «mis niñas lindas», es en serio. Porque son bellas y son mis pequeñas que tanto quiero.
Pero no lo digo como un ingenuo que no entiende que ustedes ya son unas mujeres: toman decisiones por sí mismas, tienen su vida social, trabajan, escuchan la música que se les antoja (cuando no estoy con ustedes 😄) y poseen sueños.
Ambas han sido siempre muy buenas estudiantes y muy buenas lectoras.
Son muy diferentes la una de la otra, cada una con su peculiar manera de ser y con gustos propios, y las dos son personas de bien para la sociedad.
Y aunque estén siguiendo ya, cada una, su camino particular, para mí ustedes siguen siendo esas niñas 30 años menores que yo, esas chiquillas que cargué con tanto amor en mis brazos.
Es extraño para mí saber que he rebasado la edad que usted tenía cuando falleció. Y aunque soy más viejo de lo que usted llegó a ser alguna vez, usted sigue siendo el viejo y yo el niño. Y lo miro desde abajo con una nostalgia reverencial, lo veo con admiración, rodeado de un aura de misterio, y lo tengo presente, principalmente, por mi constante lucha por no olvidar su voz y sus facciones. Seguir leyendo «SEGUIRÉ SIENDO EL NIÑO»→
Quizás la mejor manera de definir la amistad, es decir que un amigo es aquel que se alegra cuando algo bueno te pasa.
Un amigo es aquel que te apoya durante los tiempos difíciles, es aquél al que le podés contar todo sin que se resquebraje la comodidad de estar junto a él (o ella).
Una amistad verdadera se mantiene sólida a pesar de la distancia y el tiempo.
Ahora bien, cuando esa amistad es además una hermandad, eso es algo bello.
Amo el sabor del café negro y de la cerveza fuerte; también me encantan los labios suaves de esa mujer.
Odio las armas de fuego, sencillas o sofisticadas, porque sólo sirven para producir viudas y huérfanos.
Me gusta ver cómo me persigue con la mirada, el individuo de la foto, cuando la persona ha sido fotografiada mirando directamente al lente.
Odio el sonido estridente que ensucia mis oídos, especialmente el de las motocicletas.
Me gusta verme sobrevivir a todas y cada una de las pérdidas sucesivas, navajas que con dolo y alevosía me han rebanado el corazón. Seguir leyendo «CONFIESO»→
Ella caminaba por el pasillo de un supermercado. De pronto, en la fila de la caja para pagar, vio a un sujeto que le pareció conocido. Caminó hacia a él y le habló, al mismo tiempo que tocaba su espalda:
-Don Jorge.
El sujeto giró hacia ella y sonrió. Ella tuvo una reacción inmediata de avergonzado asombro. Él le extendió la mano y ella le correspondió con la suya, mientras sonreía sonrosada.
-¿Cómo estás?
-¡Disculpá! Te confundí con alguien. Estoy bien, estoy bien. ¿Y vos cómo estás?
La muerte de uno mismo es un tema grande e importante del que a veces no nos gusta hablar; mas todos debemos en algún momento enfrentar esa conversación con alguien o, definitivamente, con uno mismo.
Afortunadamente aún estoy vivo y puedo seguir disfrutando y sufriendo esta vida. Pero, como ustedes muy bien saben, doña Muerte es una señorona muy caprichosa que nunca da aviso de la fecha y la hora exacta de su visita; por esa razón he escrito estos Deseos Post-Mortem.
Los pedidos que hago son simples; pero son también muy importantes. Si quieren de verdad honrar mi memoria las personas que me aman o tienen algún afecto hacia mí, les pido que cumplan los siguientes requerimientos. Éstos los he escrito un 31 de julio de 2017, en pleno uso de mi razón y de mis derechos como ser humano.Seguir leyendo «DESEOS POST-MORTEM»→
Hay un sordo resplandor que late y me susurra que sólo un abrir de ojos ciegos es la vida.
Inspiro oxígeno y exhalo palabras. Un eco lejano me dice que la vida y la muerte son dos caras de la misma moneda.
Sólo la poesía ha podido hacerme entender que existe la grandeza humana y que en la oscuridad unos versos de Ricardo Lindo o de Borges pueden ser un consuelo y una luz. Seguir leyendo «NADA HA SIDO MÍO»→
Y por eso mi vida se tuerce por recodos que pocos recorren y soy «raro», como me lo dijo alguien. Mi corazón no logra mezclarse y sentirse cómodo en este mundo y su maldad.
Soy desafinado porque mi falta de musicalidad se compensó con el amor inmenso que tengo para dar.
Soy desafinado porque un señorón caprichoso -que muchos dicen que existe-, un señor «todopoderoso» que, sordo y ciego, no atiende el clamor de nadie y permite las masacres y las violaciones de niños y niñas en todo el mundo, quiso que yo no fuera cantante.
Pero me río en la cara de todos y canto, porque me hace feliz.
Por eso, cierren las ventanas y las puertas. Y pónganse algodones en los oídos. No me importa.
Siempre hay un lector para cada libro, una canción para cada oyente y un abrazo abierto para quien lo quiera.
Las cosas materiales del mundo tienen su valor práctico. Y por eso o por codicia, uno se apega mucho a veces a esas cosas. Y el dinero, que es tan útil, puede también llegar a ser nuestra perdición.
Pero de lo que realmente quiero hablar aquí no es de la codicia, sino de un sentimiento más bello, un sentir que es, de hecho, todo lo opuesto.
Dos anécdotas.
1-Hace muchos años yo había salido a caminar con mis hijas Laura y Beatriz. Hablábamos de muchas cosas. Y en medio de la plática yo dije, casi pensando en voz alta, que me faltaba todavía un poco de dinero para comprar algo. Y mi hija Beatriz, que tendría para ese entonces unos 5 ó 6 años de edad, abrió su carterita de juguete y me dijo: Seguir leyendo «BILLETES CON UN VALOR EXTRA»→
En El Salvador se le conoce como “cueruda” a aquella persona que aguanta con estoicismo –y hasta con cierto cinismo- todo lo que le pueda ocurrir, como el dolor, las regañadas, las vergüenzas… Pero más allá del tinte peyorativo que pueda tener esa palabra, hay que ver que muy en el fondo el ser cuerudo denota tener valor y resistencia.
Habiendo aclarado el concepto “cuerudo”, les voy a contar que tengo unos amigos y amigas con quienes hemos formado el grupo Los Cuerudos. Nos reunimos a platicar, a contar chistes, a escuchar y tocar música, a jugar baloncesto… Seguir leyendo «LOS CUERUDOS»→
Hay una escena en la película Pretty Woman donde Richard Gere le devuelve un collar muy caro y hermoso al gerente del hotel (Héctor Elizondo). Julia Roberts, quien había iniciado con Gere una relación de negocios que se fue haciendo romántica, acaba de irse y es ya casi el final de la película. (Quien haya visto este largometraje de 1990, entenderá mejor de lo que les hablo.)
Cuando el gerente recibe el collar le dice, mirando a los ojos a Richard Gere:
-Debe ser muy difícil separarse de una joya tan valiosa.
Héctor Elizondo
Las palabras de Elizondo (que aquí no son literales, pero creo no alejarme de su esencia) son en verdad una metáfora en ese contexto. En realidad él le habla tácitamente de Julia Roberts.
En el mundo hay muchas personas que viven luchando cada día, cada minuto, con una enfermedad crónica. Los otros, los que viven en general sanos, no entienden en profundidad lo que significa levantarse cada mañana para emprender una batalla contra la muerte. Las personas que padecen de una enfermedad crónica, como la Insuficiencia Renal, sí lo saben; estas personas tan valientes, que viven sus vidas con alegría, son personas que nos inspiran, que nos trasmiten sus buenas vibras, que nos dan fuerza para seguir adelante. Estas personas son verdaderos héroes anónimos.
A mi hija Beatriz se le realizó este fin de semana un trasplante de riñón. Ayer por la mañana desayunó dieta líquida y estaba con muy buen estado de ánimo. Mi hija no se rindió nunca. Mi hija es una heroína.
Gloria, la mamá de Beatriz (y ex esposa mía) fue sometida a una operación que ella no necesitaba; pero fue intervenida voluntariamente porque su amor de madre es grande y por eso le regaló uno de sus riñones a Beatriz. Gloria le ha dado la vida a Beatriz por segunda vez. Ese sacrificio, en vida, no lo hace cualquiera. Se sometió a un riesgo quirúrgico por su hija. Ella también es una heroína.
Lo anterior que he escrito es breve y se lee fácil, pero el camino que madre e hija recorrieron para llegar al día de la operación fue largo y tortuoso.
Esta semana quiero dedicar mi admiración y mi blog a estos dos grandes seres humanos del sexo femenino, a estas dos heroínas que ahora están unidas por un amor infinito, y por un grandioso y maravilloso riñón.