
El domingo 08 de noviembre de 2009 asistí con mi familia al teatro. Me sorprendió positivamente el grupo de teatro Moby Dick con la obra “ÚLTIMA CALLE PONIENTE”, escrita y dirigida por Santiago Nogales. Es una obra dramática que toca un tema muy interesante y controversial: las migraciones, el sufrimiento de los que se quedan, la nostalgia de los que se van y la muerte que ronda casi como una ruleta rusa en cada partida.

Moby Dick, que había ya presentado antes obras de comedia muy bien interpretadas, esta vez exploró el otro lado de la moneda, el drama ¡y con mucho acierto!
Me llamó mucho la atención que el texto estaba lleno de un lenguaje florido, a veces crudo; pero también muy poético. La fuerza del mensaje de la obra fue tan intensa que le arrancó a algunos de los asistentes unas lágrimas.
La obra no sólo estaba muy bien sustentada por un buen libreto, sino por tres pilares histriónicos muy fuertes: Rosario Ríos, Mercy Flores y Dinora Cañenguez. Las tres son actrices que tienen mucha experiencia sobre las tablas y sus actuaciones fueron muy sólidas.

Rosario Ríos en plena actuación

Dinora Cañénguez

Mercy Flores
Las luces y el sonido fue el adecuado, así como también la escenografía.

Al finalizar la obra las actrices fueron ovacionadas.

Un dato interesante es que, a pedido del público, las actrices y su director tuvieron una breve pero amena sesión de preguntas y respuestas con el público. Esto último creo que enriqueció un poco más la percepción y el entendimiento de la obra.


Santiago Nogales
“ÚLTIMA CALLE PONIENTE”, es una pieza teatral de corta duración relativamente, pero cargada de gran contenido social, el cual es vigente para muchos de los países que actualmente viven sometidos por la pobreza o por situaciones políticas difíciles, razones que obligan a sus habitantes a convertirse en emigrantes. Sin embargo, lo novedoso de esta obra no es el tema de los sufrimientos del viajero, sino más bien es la exposición de la falta de conciencia de algunos familiares que se quedan en su país y que exigen prontamente el envío de remesas sin pensar un poco en las vicisitudes que la persona ilegal pasa para poder estabilizar su situación.
Espero que la obra encuentre otros espacios en otras salas de teatro de la capital y de las principales ciudades de El Salvador, porque después de varios meses de trabajo y después de haber conseguido un resultado de gran altura en la presentación, vale la pena que haya más presentaciones y más público que la aprecie.
Texto:
Érika Mariana Valencia-Perdomo
y Óscar Perdomo León
Fotografías:
Óscar Perdomo León
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