I
Abrir mis alas
para que nada pernicioso se acumule,
para que el viento arrastre
los disgustos
gratuitos
y distanciarme
de la belladona
y la cicuta. Continue reading “CINCO PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO”
I
Abrir mis alas
para que nada pernicioso se acumule,
para que el viento arrastre
los disgustos
gratuitos
y distanciarme
de la belladona
y la cicuta. Continue reading “CINCO PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO”
Trepé a la copa
de un árbol de fuego
y desde ese lugar privilegiado
fui testigo de la escaramuza
entre el amor y el desamor.
Unos años después volví a verlos
en medio de la neblina densa
de las cumbres de Apaneca
y fingí
no reconocerlos.
Traten de entenderme:
hay terrenos borrascosos del pasado
que es mejor evadir y olvidar. Continue reading “RAMAS Y FLORES”
Calla mi corazón
y absorbe
del centro de la energía
la serenidad.
Calla mi boca
y mis labios
secos de amor
almacenan palabras con esencia.
Calla la música Continue reading “EL SILENCIO”
Tan cerca y tan lejos.
Un mar, un cielo, sin festejos.
Para poder cerrar
el círculo de una historia
es necesario unir los ingredientes
que en la evocación transitan.
Conversar de frente, sin evadir.
Callar, abrir los ojos y escuchar
la fase transitoria.
Abrazar un lápiz, un papel
y navegar en la conciencia
de la voz aleccionadora,
esa que nunca muere.
Hay quienes tratan de apagar la luz de tus empeños. Continue reading “ÁLGIDO 2015 (Poema)”
Grises anaranjados,
oscuridad reluciente,
ojos imbuidos
en pensamientos felices,
amparo en el amor.
.
Vuela el corazón
sin ataduras
y la muerte que fue repelida
se ha inclinado
hacia otros rincones.
.
Sueña la Bea
con la mirada
psicológica,
sueña
con audaces caminos,
sueña con pétalos
amarillos
y
hierbas moradas.
.
Duerme la Bea
y descansa,
mientras relampaguea
mi amor
en vigilia.
*
Escrito por
Óscar Perdomo León
Veo tus ojos y me doy cuenta que son dos lagos oscuros
en los que podría ahogarme
o descubrir tesoros ocultos.
A veces quisiera mirar a través de ellos
y gritar en silencio
en el burbujeo de mi cabeza
los descubrimientos que hallaría en la intimidad
de su verdad.
Sin embargo, mis anhelos se marchitan
ante tu visual escrutinio.
Y al no poder radiografiarte,
me voy caminando,
enamorado de la noche,
muy despierto y lleno de tu energía,
buscando siempre donde amanecer.
Soy muy vulnerable a tus abrazos,
vos lo sabés. Continue reading “TUS OJOS”
Rojo suspiro, púrpura mirada, labios escarlata,
rosas arreboladas
que palpitan.
Y en tus manos,
el carmín apasionado.
Son tus gestos
salvajemente eróticos
y no te importa
sabotear mis hormonas.
Los deseos braman
y tu piel en la oscuridad
lanza destellos.
Mis ojos te devoran,
y tus dedos me observan a su manera.
Tus oídos me rastrean,
ávidos
de poesía,
serena
y en movimiento.
La humedad nos cubre. Continue reading “PIEL QUE BRILLA”
Gracias, noches y días,
que se suceden en el misterio del tiempo,
ya que por la generosidad de ustedes
abrí mis ojos tras el llanto de recién nacido,
caminé a la escuela, con incansables ilusiones,
y conocí nuevos hogares
reveladores:
los libros infinitos.
Cae la lluvia
y el musgo verde
crece,
aferrándose a mi pecho.
Cae la lluvia
y mis ojos miran
al niño que fui,
caminando entre los ríos diminutos
de la calle.
Las gotas gigantes revientan
en el suelo
y el insecto descuidado
huye despavorido. Continue reading “LLUVIA”
Si los jardines en tus labios
me dan palabras
como flores,
si tus manos
crean universos
como dioses evolucionados,
el hastío
nunca
podrá tocarme.
Ahora sé que las arenas del mar son casi infinitas,
por eso las olas en mi cabeza
juegan su vaivén delirante.
Gracias a ello
el hastío para mí
es un planeta
frío e invisible.
Mientras existan estrellas para viajar,
ojos para deleitarse,
música para sumergirse
y corazones para explorar,
el hastío será siempre,
para mí,
ese lejano vecino
desconocido.
***
Escrito por
Óscar Perdomo León
***
Guitarra negra es un libro de poemas -el único- escrito por el argentino Luis Alberto Spinetta.
Aunque los que hemos escuchado las canciones de Spinetta sabemos que ahí podemos encontrar mucha poesía.
La importancia de Spinetta en la música es grande. Desde la fundación del grupo Almendra, pasando por grupos tan importantes e influyentes, como Pescado rabioso e Invisible, por mencionar algunos, Luis Alberto Spinetta dejó un legado muy grande desde el punto de vista musical y en su manera de expresar la palabra musicada.
Guitarra negra recoge el sentimiento y el amor del músico hacia la palabra. El libro fue publicado en 1978.
Les dejo aquí el enlace para que puedan leerlo. (Den un clic en las letras en minúscula. Y cuando les abra la imagen de mi blog, den un segundo clic en las letras minúsculas.)
GUITARRA NEGRA
***
ANEXO
Les dejo aquí una de esas canciones inmortales de Spinetta: Los libros de la buena memoria, que es el segundo tema del álbum El jardín de los presentes, del grupo Invisible (formado por Luis Alberto Spinetta, Pomo Lorenzo, Machi Rufino y Tomás Gubitsch).
***
Hay una barca
que recorre los mares agitados
de mi mente.
Es una barca con la fantasía
de tripulante.
Me río del presente,
lucero de la naturaleza;
y me río del futuro,
inabarcable como la lluvia y el viento. Continue reading “TRANSPARENTE”
Te cuento que en el silencio y la soledad
puedo ver y escuchar
mi interior.
Hay un universo sigiloso
en mis ojos cerrados.
Y mirá como son las cosas,
junto a tus manos puedo saborear,
con los ojos
entreabiertos,
el placer
de observar mil universos.
Y aunque somos tan efímeros los humanos,
-el tiempo corre, vuela y se nos va-
las palabras y las acciones
quedan,
oportunamente,
en los libros
y en la memoria
de la humanidad.
La música es una manera de silencio.
Y sin embargo, la música está llena de palabras,
calladitas y tácitas,
que fluyen
con facilidad
y que suenan en el lenguaje
que entiende
nuestro corazón.
Por primera vez en mucho tiempo
siento que mi pecho descansa.
El tiempo gris quedó atrás
y puedo sonreír.
Y los trozos de promesas rotas
que cayeron sobre mí
como granizos helados,
sirven hoy para armar un universo nuevo.
Nada es igual que antes,
afortunadamente.
***
Escrito por
Óscar PerdomoLeón.
***
Fotografía por Saúl Phillips.
Foto trabajada por Óscar Perdomo León.
***
Cuando nos conocimos,
-de verdad-
hacía un viento
gris y fuerte.
Y una nube de pájaros negros
sobrevoló la tarde
moribunda.
.
Vos temblabas de frío.
Acerqué entonces
mi calor a tu cuerpo con mi cuerpo
y tímidamente
y lado a lado
nos juntamos.
Sonreímos. Comimos.
Y de pronto sentí dos pequeñas
almohadas,
suaves y gruesas,
tocándome la mejilla izquierda:
eran tus labios
apetecibles
y amorosos.
Busqué con mis ojos tu mirada.
Y tus ojos cerrados
buscaron con deseo
mis labios
abiertos.
Te besé
y al besarte
abriste frente a mí
tu visual inspección.
Sólo por dos segundos
-eternos-
se cruzaron nuestras miradas
y me di cuenta
que las abejas silvestres
habían fabricado su colmena
en tus ojos claros.
.
De la ceguera
me despertaron aquel día,
tus besos
y la ternura
de tu abrazo.
***
Escrito por
Óscar Perdomo León.
***
Fotografía por Óscar Perdomo León.
***
Era un espejismo lo que viviste.
Bien sabés que la alegría -esa euforia engañosa-
ha sido constantemente efímera.
Lo expresó en voz alta e inmediatamente escribió en su cuaderno lo que acababa de decir. Cerró con fuerza los ojos y apretó las muelas. El dolor era insoportable. Recordó toda su vida en imágenes borrosas.
Todos los amigos muertos,
las plantas marchitas
y las mujeres que te dieron
ese remedo de amor,
no son más que torbellinos vivos
que no dejan de girar en tu cabeza –siguió escribiendo.
Se metió a la boca uno de esos analgésicos controlados que le había prescrito su médico y alcanzó el vaso de agua de la mesita de noche.
Y sabés que la serenidad siempre
ha sustituido a la felicidad.
Y sabés también que estás solo
y que siempre lo has estado.
Hizo una pausa. Además del dolor, le costaba respirar. El cáncer ya no sólo estaba en el hígado, sino que había invadido sus pulmones.
Pero siguió escribiendo.
Y sin embargo, al final,
mirás hacia los cuatro
puntos cardinales
y ves
una luz que se abre en el horizonte
y sabés que aunque
todo
se desmorona a tu alrededor…
Hizo nuevamente una pausa y miró sin mirar la luz tenue que se colaba a través de la ventana. Sonrió con sinceridad.
…el camino ha sido bondadoso
de vez en cuando
y ese
de vez en cuando
merece sinceramente
una sonrisa.
***
Escrito por
Óscar Perdomo León
Fotografía por
Óscar Perdomo León
***