No huir jamás de la mujer ni de la poesía,
difíciles pero reconfortantes.
Italo López Vallecillos.
I
Mi amor, la luna –círculo de plata-
contiene soledades y sollozos,
estrellas –asteriscos luminosos-
que siempre la rodean. Es la ingrata
piedra que rueda sobre los caminos
oscuros y templados, en tu ausencia.
Yo me dejo alumbrar y la impaciencia
pervierte mis ideas, mis destinos.
¿Soy acaso el culpable del pantano
en el que nos hundimos, corazón?
¿Soy acaso de la pena el hermano?
Mi querida: la luna me vigila.
Sin tu piel se empobrece mi razón.
La noche sin tus manos me aniquila.
II
Esta tarde me invade un sentimiento
profundo y afanoso de ver mares,
inventar mariposas, ver azares…
tocar un elefante… Yo no miento.
Preciso de verdad y sensaciones,
de mi amor y de un ciento de cantares;
yo quiero disfrutar de los manjares
que están bajo tu falda; los aviones
que abundan en mis sueños y en mi aliento
quiero verlos volar en mis canciones
y pintar con mis manos todo el viento
que se escurre en tus ojos y cabello.
Yo quiero firme hacer las invasiones
más profundas de amor, con sexo bello.
*
Escritos por
Óscar Perdomo León
*
Collage por O.P.L.
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