A LA MEMORIA DE DON SALVITA


EL día 08 de mayo de 2021 falleció un viejo amigo de mi papá: don Salvita Guzmán.

Lo conocí en Atiquizaya siendo yo un niño de unos 5 ó 6 años de edad, allá por 1969 o 1970, y lo tengo muy presente en mi memoria por su sonrisa tan sincera, y por la alegría que se sentía en el ambiente de mi casa cuando él y mi padre se juntaban a platicar. Hablaban y hablaban, y reían a carcajada limpia, sin restricciones.

A principios de los años ´70 él se fue a estudiar a una universidad de los Estados Unidos. Estando allá, le escribió una carta a mi papá y éste le respondió un 29 de noviembre de 1972. Mi papá falleció solo nueve días después, el 08 de diciembre, a causa de un evento cerebro vascular hemorrágico. (Falleció cuando mi hermana Wendy, recién nacida, tenía apenas 35 días de vida).

Me lo encontré a don Salvita en varias ocasiones en San Salvador y siempre fue una alegría verlo.

Don Salvita me contactó muchos años después de fallecido mi papá y me invitó a su casa (porque me dijo que quería regalarme algo). Yo acudí y platicamos de muchas cosas, entre ellas de música; recuerdo que hablamos mucho de Carole King, de sus álbumes Tapestry y Fantasy; también recuerdo que escuchamos una música árabe y me dijo que a veces no necesitamos entender la letra de una canción para comprender su intención y su belleza.

Ese día en su casa me contó una anécdota. Me dijo que mientras estudiaba en la universidad, tenía la costumbre de revisar su buzón de correo todas las tardes, pero que esa mañana del 08 de diciembre de 1972, él se levantó temprano con una corazonada y antes de irse a su clase se fue para el buzón de correos y ahí encontró la carta de un paisano de nuestro pueblo, que le contaba la noticia de la trágica muerte de mi padre. Me dijo que él se fue muy triste y estuvo distraído durante toda la clase matutina. Por la tarde del día siguiente regresó al buzón y ahí encontró la carta que mi papá le había mandado. Me contó que la leyó en medio de sentimientos agridulces, entre lágrimas de tristeza y risas, porque mi papá era muy ameno para narrar las cosas.

Ese día en su casa me regaló precisamente esa carta, la carta que mi papá le había escrito. Estaba intacta, con su sobre y todo. ¡Cuántos años guardó don Salvita la carta de su amigo!  Hoy esa carta original está en manos de mi hermana Wendy y yo tengo una copia exacta enmarcada.

Lamento mucho, ahora inútilmente, no haber tenido más ocasiones para platicar con don Salvita.

Mis recuerdos cariñosos para Salvador Otoniel Ibarra (conocido como Salvador Otoniel Guzmán), don Salvita.

Mis condolencias sinceras para su familia.

Óscar Perdomo León.

YOU´VE GOT A FRIEND

Carole King 

HAYWOOD

Carole King

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