Grabando la escena dentro del vehículo. Yo siempre andaba con el guión bajo el brazo, por cualquier consulta que se necesitara.
En el 2003 había terminado de editar mi primera novela “Diario Prohibido” y además ese mismo año se me dio la oportunidad de publicarla y yo me sentía para entonces como si hubiese descargado todo lo que tenía dentro de mí. Lo había dicho todo en ese momento. No podía escribir ni una gota más. Sin embargo esta sensación me duró sólo un par de días. Recuerdo que entonces me dediqué a leer con intensidad. Entre los libros que leí se encontraba “El Evangelio según Jesucristo” de José Saramago. Para mí ese libro fue tan inspirador, no sólo en su esencia, sino en el modo de narrar, que de inmediato empecé a escribir mi segunda novela “Hablando con los muertos”. El titulo vino solo. Espontáneamente caído del cielo.
Sabía desde el principio que yo quería contar sobre la muerte de algunos salvadoreños asesinados violentamente, personajes célebres como Roque Dalton y el ex presidente Manuel Enrique Araujo, y simultáneamente quería hablar de los protagonistas de mi novela que ya había tramado desde antes en mi cabeza: Isabel (que representaba a las mujeres asesinadas en El Salvador) y Esteban (que simbolizaba mi admiración por mi padre, prematura e injustamente muerto). Y aunque el tema de mi novela no tiene nada que ver con la novela de Saramago, sí hubo cierto impulso misterioso que provino de ahí para que yo iniciara mi segunda novela.
Por supuesto que una novela crece jugosa y profunda, pero de una manera verdaderamente lenta. Y por eso no se puede escribir una novela de un día para otro, porque su esencia es extensa y consubstancial con la vida. No se puede improvisar toda una novela. La novela necesita primero respirar, desamodorrarse, extender poco a poco sus alas, mirar el horizonte y observar al mismo tiempo su interior para sacarlo todo a la luz y decir toda la verdad. Decir toda la verdad y, sin perder su naturaleza, mezclarla con la ficción.
En el 2005 se me presentó la oportunidad de escribir el guión, basado en mi propia novela, además de co-producir y dirigir el cortometraje “Hablando con los muertos”. Por supuesto que muchos personajes de la novela no pudieron ser incluidos en el corto. Bueno, ya verán ustedes lo que resultó, a continuación.
Para mayor información pueden leer más en CÓMO SE RODÓ «HABLANDO CON LOS MUERTOS», Crónica
Este cortometraje tiene muchos defectos, como lo podrán apreciar los amables visitantes de mi blog; pero en fin, fue mi primera experiencia y algo aprendí de ella. Si tuviera la oportunidad de volverlo hacer, creo que no lo saturaría mucho con música y… bueno, un montón de cosas que cambiaría. Pero bien, fue mi primer corto y espero poder hacer muchos más.
Santiago Nogales y Rosario Ríos
Antes de pasar a mostrar el video, no puedo dejar de agradecer a Santiago Nogales y a Rosario Ríos, los actores principales, quienes son director y actriz, respectivamente, del grupo de teatro Moby Dick, por haber aceptado actuar en mi corto y dejarse dirigir por un inexperto y aficionado como yo.
Sin más preámbulos, he aquí el cortometraje “Hablando con los muertos”, primera parte.
La segunda parte de este corto la pueden ver siguiendo este enlace:
Texto:
Óscar Perdomo León
Fotografías:
Renato Flores
Óscar Perdomo León