EL ZOOLÓGICO, EL SUB-EMPLEO Y EL TRABAJO INFANTIL


Hace un par de días leí en un periódico que el zoológico nacional había hecho unas nuevas adquisiciones y lo que me llamó la atención fue principalmente los suricatas y los canguros. Así que con la intención de ver los nuevos animales y de disfrutar del día partí con mi familia para el referido lugar.
Nenúfar. Las ninfeas del lago del parque zoológico.

Un paseo al zoológico no es nada si no se va a mirar al ícono del parque: a la elefante Manyula, un bello ejemplar que, según información del parque zoológico, puede pesar más de 6 mil libras. Original de la India, Manyula vino a El Salvador en junio de 1955, cuando apenas tenía 5 años de edad, procedente del parque nacional de Hamburgo, Alemania.
Me causa cierta tristeza ver la soledad de Manyula, quien quizás aún espera que el ex-Presidente Antonio Saca le cumpla la promesa que le hizo de traerle una pareja sentimental. Se ve que el paquidermo también tiene su corazoncito.

Aún así, el día prometía estar lleno de diversión y proseguí el recorrido por el parque. Hasta que me encontré con algo que no es justo que ocurra y que aunque no es nada nuevo en nuestro país ni específicamente en el zoológico, es algo que los salvadoreños, como sociedad, tenemos que resolver, tarde o temprano: el sub-empleo, pero en este caso, bajo unas condiciones de trabajo realmente inaceptables.

Los vendedores que había antes dentro del zoológico fueron sacados del lugar y se les prohibió el acceso. Las autoridades de la administración de ARENA, mandaron a construir un muro, un muro que para mí es como un símbolo de la exclusión característica hacia los más pobres de nuestro país, por parte de los gobiernos areneros.

Como estos vendedores tienen hijos que mantener, no podían quedarse cruzados de brazos. Algunos han construido atrás del muro unas pequeñas tarimas para pararse y otros sólo se paran en unos palos de madera sembrados en el suelo, porque dicen que por las noches las autoridades del zoológico les destruyen los entablados. Estas personas se pasan paradas casi más de 8 horas en estas deplorables condiciones. Creo que las fotografías hablarán por sí solas.

“…los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo…” (1)

Atrás del muro, en una deplorable condición de trabajo.

Su hijo, que se tiene que cruzar el río de aguas sucias para llegar a este lugar,
lo ayuda en lo que puede.

Uno de estos vendedores me dijo que él y muchos otros vendedores habían intentado negociar con las autoridades del zoológico. Pedían que se les permitiera tener un lugar dentro del zoológico en donde se juntaran a todos los mercaderes de tal manera que hubiera más orden y ellos pudieran tener la oportunidad de trabajar honradamente; pero, según nos dijo, se les señaló que eso era imposible. Además contó que su esposa, que también ha puesto su venta en otro sector del muro, había estado con diarrea y fiebres, lógico producto de la insalubridad a la que están expuestas, ella y su familia.
En lugar de estar en la escuela o jugando, un niño, parado en unas ramas de bambú atrás del muro, se expone al peligro de caer.
El trabajo infantil. Todas las injusticias juntas para “el futuro de El Salvador”.

Por su lado el zoológico construyó un local para restaurantes múltiples y venta de golosinas, como los sorbetes “Sarita” y otros.

Creo que los salvadoreños, como sociedad, debemos cambiar nuestra insensibilidad por una solidaridad sincera, hacia nuestros compatriotas más desfavorecidos. El nuevo gobierno tendrá que ir poco a poco mejorando las condiciones de vida de los habitantes de este Cuscatlán que añora salir de la pobreza.

Pero dejando por un momento a un lado el dolor y la injusticia que sufren día a día tantos hermanos salvadoreños, pasaremos a ver un par de fotografías de los animales del zoológico.

La hembra de pavo real, bella también, tiene unos colores menos vistosos.

La hembra de pavo real, bella también, tiene unos colores menos vistosos.

Un suricata

Canguro

Otro canguro con un color grisáceo.

Pero entre la diversión de ver a los animales exóticos, no nos olvidemos de nuestros niños, de nuestros hermanos, “los tristes más tristes del mundo”. (2)

Texto y fotografías:
Óscar Perdomo León

Post data: A Gustavito, el hipopótamo, no lo pude ver. Se la pasa todo el día sumergido en el agua. Pero tengo un par de fotos del fallecido Alfredito que otro día tal vez les muestro.

(1) y (2) Fragmentos del “Poema de amor” de Roque Dalton.

Una respuesta a “EL ZOOLÓGICO, EL SUB-EMPLEO Y EL TRABAJO INFANTIL

  1. A Gustavito le podes ver a las 11:45am hasta las 12:00m es cuando el sale a comer, al contrario de Alfredito que salia a comer a las 3:30pm de la Tarde, lamentablemente existe la otra cara la de los animales enfermos que mueren por los productos que dsitribuyen los vendedores estan las dos caras, las de las personas que encesitan trabajo y los animales que mueren por sus productos por la falta de cultura de sus visitantes

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