Dice Bruch: “Los escuálidos y derechizados medios de información salvadoreños se rasgan las vestiduras. Exigen altaneramente al presidente Funes que les rinda cuentas, que los atienda, que les dedique más tiempo. ¡A cuenta de qué! Si hay un rubro que ha sufrido una de las más deleznables desfiguraciones hacia lo inaceptable y ha contrariado la decencia y el respeto a sus públicos ha sido el de las empresas de noticias. Su credibilidad va en descenso. Se han centrado en fabricar e inventar noticias a su antojo o al de quienes les financia. Descomponen lo que sucede en nuestra sociedad. No de gratis por supuesto. Dejándose llevar por el espíritu de la plata fácil han olvidado un principio básico en el oficio: honestidad cueste lo que cueste. Entonces es ridículo verlos pedir que el nuevo presidente les dé prioridad… Mauricio Funes conoce muy bien de mafias en medios de comunicación. Fue víctima desde su propia casa de noticias que le censuró espacios y programas por petición de gobiernos areneros… ”
Y en el mismo periódico del 17 de agosto de 2009 aparece otro artículo de opinión, no menos interesante, firmado por Dagoberto Gutiérrez, “Carta urgente al Presidente Funes”.
Dice Gutiérrez: “…la responsabilidad histórica es inmensa, es la mayor de cualquier presidente de post guerra con el factor decisivo que ningún presidente, antes que tú, ha sido depositario de tanta esperanza y confianza de parte de la gente más pobre y de tanta suspicacia y falta de fe de la gente más rica… Su gestión… es de crisis porque corresponde a ese período, pero su gobierno no tiene porque ser de crisis y en todo caso la política a aplicar debería comprender, en todo momento, una noción crítica de la crisis porque si bien, esta es planetaria, la vulnerabilidad del país frente a la misma es responsabilidad de 20 años de gobierno anterior. Esta responsabilidad necesita ser ventilada pública y francamente para que el pueblo sepa de donde vienen sus males, angustias y dolores, y sepa al mismo tiempo, quienes son los responsables… Si existieren temas de tu gestión, como el de las presas, en el que chocas con la gente es, el contacto directo y la comunicación cara a cara, y personal la única que puede evitar que la herida producida se encone. El diálogo ha de hacerse tanto en casa presidencial con en la casa de los afectados; pero en todo caso hablando claro, escuchando claro, y más allá, más allá, y más allá de las declaraciones a los medios. Si tu gobierno, querido presidente, es del pueblo debe venir de abajo, debe construirse abajo, debe de alumbrarse con luces de abajo, y vos y yo sabemos desde siempre que los cambios de verdad sólo son esos, los que son concebidos y paridos allí en el socavón de la realidad más que en los tabancos…”
Creo que un verdadero amigo no es aquel que todo el tiempo te dice que todo está bien o que te adula innecesariamente; un verdadero amigo también es aquel que te hace ver los errores en los cuales podrías estar incurriendo. Y yo percibo que en las palabras de Dagoberto hay sinceridad y sabiduría. Espero que nuestro presidente así lo entienda.
Y creo también que Carlos Bruch ha puesto las palabras exactas al sentimiento generalizado que muchos salvadoreños tenemos hacía la mayoría de medios de comunicación salvadoreños.
La verdad es relativa; pero el deseo de justicia que hay en el corazón de muchos salvadoreños es una llama que no se apaga ni con los siete mares.
Óscar Perdomo León