Este sugestivo libro, Novelistas Estadounidenses Modernos, publicado en 1973, trata en realidad de cuatro novelistas estadounidenses que marcaron la literatura de su país y del mundo con su fuerza y su singularidad en el siglo XX. Se trata de Sinclair Lewis, F. Scott Fitzgerald, William Faulkner y Ernest Hemingway. Originalmente cada uno de estos escritores fueron abordados a manera de ensayos que fueron publicados en la Universidad de Minnesota en 1959, 1959, 1961 y 1963, respectivamente. Estos cuatro trabajos compilados en un solo libro son muy interesantes, ya que en ellos no sólo se hace un esbozo de la vida de cada uno de los novelistas, sino también se analiza su obra literaria.
La breve reseña de este libro que presentaré en mi blog es más bien una aproximación resumida de lo que han escrito cuatro ensayistas (Mark Schorer, Charles E. Shain, William Van O´Connor y Philip Young), sobre los cuatro escritores ya mencionados. En otras palabras, y valga la redundancia, no es mi opinión la que estoy dando aquí, sino más bien la opinión de los cuatro ensayistas.
En esta primera parte escribiré solamente sobre el primero de ellos y la semana que viene trataré a alguno de los que siguen.
Sinclair Lewis
1- SINCLAIR LEWIS. Escrito por Mark Schorer, este ensayo nos muestra a un joven nacido el 07 de febrero de 1885, en Sauk Centre, un pequeño pueblo de Minnesota, cuya niñez y juventud transcurrió de una manera dolorosa para él, debido a que en su apariencia física no era muy agraciado y a que su vista era un poco pobre y se la pasaba tropezando, fue tratado, por sus compañeros de escuela y por la comunidad de su pequeño pueblo en general, como si fuera inferior. Esto le confirió una soledad que lo condujo rápidamente a ser un lector tenaz. A los 17 años se inscribió en la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut. Ahí pensó él que tendría una vida más feliz, sin embargo su estancia en la universidad fue más bien solitaria y sin amigos. Con el pasar del tiempo empezó a escribir poemas y breves relatos. En 1904 él fue el primer estudiante de primer año a quien La Revista Literaria de Yale le aceptaba y publicaba un artículo, revista de la cual después, cuando estaba ya en tercer año, se convirtió en su editor. También publicó en otras revistas universitarias.
Luego empezó a escribir una novela, a la cual llamó “Calle principal”, la cual fue rechazada por numerosas casas editoriales, hasta que en 1914, fue publicada por Harper. Ese mismo año Lewis contrajo matrimonio. Esa novela fue muy importante; la historia acontecía en un pueblito de ficción, pero similar al pueblo donde él había nacido; por primera vez un escritor hablaba de la clase media estadounidense de una manera directa e irónica. Los novelistas que lo antecedieron pintaban a la clase media de un pequeño pueblo como dulce y buena. Lewis criticaba de una manera desnuda las peores cualidades de la esa clase media antes idealizada: fingir ser amable y generosa, colocar en un valor demasiado elevado a las cosas materiales y doble moral; además criticaba el aburrimiento diario que se vive en esas villas.
Lewis escribió varias novelas más y llegó a ser una figura pública. Declinó aceptar en Premio Pulitzer, argumentando que esos premios tienden a establecer estándares de gusto literario. En 1930 recibió el Premio Nobel de Literatura; en su discurso de aceptación en Estocolmo dijo: “A nuestros profesores americanos les gusta la literatura clara y fría y pura y muy muerta”.
Muchos escritores contemporáneos de Lewis fueron muy duros con él y criticaron y estuvieron en desacuerdo en que se le diera el Nobel, como Theodore Dreiser y Ernest Hemingway; incluso uno de estos escritores, Sherwood Anderson, no consideraba a Lewis un artista. Y sin embargo Lewis fue uno de los más generosos hombres en su relación con los otros escritores: alentaba a los jóvenes escritores con elogios y dinero; y a Dreiser, quien se había declarado su enemigo, lo puso en el primer lugar de su lista de los más grandes escritores americanos modernos; así como también reconoció públicamente la brillantez del joven Hemingway y lo ayudó a conseguir un premio.
Lewis tenía el don de imitar voces que muchos escritores experimentados no tienen. Él le dio a los estadounidenses un vistazo a una realidad espantosa que había pasado desapercibida hasta que él la escribió. Sinclair Lewis no fue, en el sentido estrictamente literario, un gran escritor; pero sin sus escritos uno no puede imaginarse la literatura estadounidense moderna.
Reseña y traducción:
Óscar Perdomo León
Imagen de Sinclair Lewis extraída de TimePieces:
http://events.mnhs.org/TimePieces/SourceDetail.cfm?SourceID=243
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