Me gusta mucho el cine. Cuando puedo ver sin interrupciones una buena película es para mí un momento de gran placer.
Me encantan las películas históricas, las de grandes actos de valentía y heroísmo, las que cuentan historias basadas en hechos reales, las que lo sumergen a uno en batallas entre dragones y caballeros, las comedias, las policíacas, etc.
Sin embargo, las que siempre me hacen llorar son las películas románticas que de entrada las puedo uno predecir como van a terminar. Esas donde él se enamora de ella y ella de él. Puede que sea así porque quizás soy un romántico sin remedio. No me gustan las cursilerías -tengo que aclararlo-, pero sí me gusta creer que el amor existe y que ella lo ama a él y que él está loco por ella.
Antes quizás me gustaban las películas románticas porque siempre había estado buscando el amor completo, la persona exacta con quien poder hablar horas y horas sin aburrirme, la persona exacta con quien poder hacer otras actividades variadas sin sentirme sofocado, la persona exacta con quien disfrutar del sexo sin barreras físicas ni psicológicas. Y ahora tal vez me siguen gustando porque ya encontré a esa persona y me siento muy enamorado de ella. Puede ser que sea porque cuando veo sus ojos, recuerdo el poema de Borges que dice algo así como que el amor hace que veamos a los demás como los ve la Divinidad. Y si bien yo no soy un creyente de muchas cosas, sí soy un creyente del amor. Y esas palabras borgeanas son lo más bello que he leído.
Y aunque sé muy bien que esas películas románticas son un poco como la música que sarcásticamente John Lennon llamó silly love songs y que luego Paul McCartney en respuesta compuso una canción precisamente con ese mismo nombre, el hecho es que me siento muy bien mirando una y otra vez esas tontas películas de amor. Porque el amor es una fantasía-real o una realidad-fantástica, que lo hace sentir a uno tan vivo e ilusionado.
Esas tontas películas de amor (que no tengan tanta-tonta-comedia-mal-hecha en medio, por supuesto) me atrapan durante una hora y algo más, y me hacen apreciar y reafirmarme que la vida vale la pena vivirla y mucho más si se tiene alguien a quien amar.
Estas tontas líneas de amor son para usted, Érika.
¡Feliz año nuevo!
Texto y fotografías:
Óscar Perdomo León
La fotografía inicial la tomé este año en el Teatro Nacional de San Salvador.
Mi buen amigo, no te podes imaginar cómo he disfrutado el presente artículo, será porque comparto contigo el gusto por esos géneros cinematográficas, o porque en lo particular el cine desde siempre me ha encantado……..gracias por este articulo.
gonzalo
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Todas «las tontas canciones de amor» se vuelven hermosas si se pueden compartir con alguién. Con usted he compartido «las tontas caniones de amor, las tontas películas de amor, las tontas horas de charlas y risas». «Gracias a la vida que me ha dado tanto…», gracias mi querido Óscar por «los tontos momentos» sentados en el patio de la casa, hablando de cambiar el mundo. Gracias por los momentos díficiles que hemos pasado y hemos salido adelante son una gran sonrisa y gracias por «los tontos momentos en que hemos llorado juntos» y por cada una de las lecciones de amor al prójimo y de humildad que continuamente me enseña. Lo respeto, lo admiro y me enorgullezco de usted como profesional y como hombre.
Óscar: usted es mi amor, mi mejor amigo y mi amante ideal.
Érika.
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¡Gonzalo! Gracias por tus palabras. Me alegro que te haya gustado.
Un saludo.
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Gracias a personas como ustedes, historias como las suyas, es que uno puede arriesgarse a soñar, a tener fe en esa realidad fantástica como lo es el amor.
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Muchas gracias. Debo decir que los poemas de su RELICARIO DE SOMBRAS también alientan al amor.
Sería bueno que subiera a su blog (http://faniecapoeca.blogspot.com/)
todos los poemas de su recién publicado libro.
Saludos.
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Hay una canción de Serrat en el disco Utopía que se llama «Y el amor». Te la recomiendo.
Javi.
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Que bonito texto, dá la sensación de que ud. y su esposa son un claro ejemplo de esposos, que existen los amores verdaderos, siempre y cuando hay respeto, enamoramiento y conquista a un mismo sol cada día…
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Gracias, Javi. Conozco la canción que decís y de verdad que es muy buena. Una de las mejores de Serrat.
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Gracias, Katheryn. Mi esposa y yo esperamos poder estar en San Salvador cuando usted tenga uno de sus recitales poéticos y tener el gusto de conocerla personalmente.
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Seria un gusto, por el momento me dedico a promover a los jóvenes poetas nuevos en el café, pero los espero. Saludos.
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