EL ESCARABAJO AZUL


Este día tengo nuevamente como invitado al chileno Rodolfo de los Reyes, quien nos trae una interesante historia sobre uno de los tipos de automóviles más famoso.
Gracias, Rodolfo, por tu colaboración.

Sin ser un experto en automóviles o maquinarias motorizadas en todas sus versiones, por el contrario siempre he preferido por ejemplo la silenciosa bicicleta a la ruidosa motocicleta; desde niño tuve una especial y curiosa atracción por los Volkswagen modelo escarabajo, no sé si porque en mi ingenua niñez, para aniquilar el tedio de las tardes, solía ver enteras las películas de la Segunda Guerra Mundial, que nuestra entonces censurada televisión, pasaba como si fueran las únicas películas hechas en el mundo. Así como siempre me gustó llevar la contraria no simpatizaba para nada con la soldadesca norteamericana, la que se mostraba puerilmente pedestre y oportunista, siendo cautivado por los uniformes, la maquinaria bélica (Tanques Panzer, cañones Berta, motocicletas con carrito, etc.) y la singular mística que mostraban las tropas del Tercer Reich. Obviamente que ignoraba los horrores de sus imprescriptibles crímenes. Y entre todas las cosas que me llamaba la atención estaban esos vehículos, muchas veces ocupados como tanquetas y que andaban en la nieve, atravesaban ríos, subían cerros, etc. cuyo modelo era llamado “escarabajo” tal vez por sus redondeadas formas.

Así el tiempo pasó y nunca dejé de no ver los filmes bélicos de trasnoches, donde en uno de ellos, un soldado Norteamericano era fanático de estos automóviles, y en una operación militar en que capturaban un pueblito europeo cerca de un gran castillo, el soldado americano le arrebataba el escarabajo a la oficialidad alemana y probaba su célebre mito de que flotaban, que son anfibios, en una gigantesca alberca, donde el escarabajo si flotaba como una lancha de asalto de la infantería marina.

El escarabajo, en los caminos precordilleros de Curicó, Chile.

Origen Nacional –Socialista y Símbolo Cultural

No deja de ser curioso que este automóvil tomado como símbolo al igual que las camionetas Kombi, por los hippies y los intelectuales del mundo contracultural, en EE.UU y Europa, en los años sesenta y setenta, haya sido considerado por el tirano Adolfo Hitler, como parte del modelo de desarrollo y progresos social al ser el Wolks (pueblo) Wagen (carro) “El auto del pueblo” alemán en su modelo de desarrollismo nacional–socialista, en lo que fue parte esencial de su política de nivelar la calidad de vida del pueblo alemán, por lo que también el escarabajo se constituyó en símbolo de ese modelo político.

El primero que manejé

Historia política aparte. La primera vez que maneje unos de estos “carros” fue cuando tenía 18 años y mi hermano mayor recién titulado de abogado y casado, compró uno de ellos. Me acuerdo de muchos romances y “carretes” (celebraciones, fiestas, pachangas) vividos en aquel Escarabajo verde-limón, que funcionaba a la perfección, y aceleraba como un formula uno, me acuerdo que en la carretera le sacamos sus140 kilómetrospor hora máximos sin mayor problema.

No obstante desde cuando empecé a comprar vehículos, siempre busqué escarabajos y nunca encontré uno para mí. Tuve Peugeot 504, camionetas Fiat Fiorino (Las camino al cielo), Charades, Monza Chevrolet, Nissan V-16,  etc., pero nunca encontraba un escarabajo. Nadie vendía cuando iba a ver alguno, ya se había vendido.

Al fin encuentro uno

No fue hasta que un conocido me llevó uno a la casa. Era del año 81, estaba un poco afectado, pero mantenía detalles importantes, como diversas piezas cromadas (manillas, espejos, limpia parabrisas, etc.) y originales, las tapas originales, los faros, etc. Yo le arreglé el alternador, le compré neumáticos grandes y le hice un afinamiento y quedó espectacular, dentro de lo que es un auto de 30 años, que se considera ya como una “antigüedad automovilística” y en ese sentido hay que tratarlo como tal, pese a que yo lo he llevado al campo, a la cordillera y hace pocos días protagonicé con él una proeza, que le dio lección a unas cuantas poderosas camionetas Chevrolet 4×4 de las grandes.

La Proeza

Resulta que nuestro célebre paso bajo nivel de calle Colón se anega cada vez que llueve un poco, hasta varios metros de altura se convierte en piscina, con un historial de muchos autos atrapados y ahogamientos por accidente. Bueno el sábado  pasado había llovido un poco y por lo menos había medio metro de agua acumulado, iba rumbo a la Feriade Abastos, y se me vino a la cabeza, las diversas  conversaciones que siempre he sostenido con mi amigo, el poeta y también propietario de un escarabajo pero de los nuevos, que son copias de los antiguos (bueno eso lo digo para molestarlo), José Tomás Labarthe Cardemil, de que “Estos autos son anfibios y flotan”, aceleré evadiendo la barrera de contención y quedé frente a una laguna de 30 metros y por lo menos medio metro o más de profundidad. Al otro lado dos inmensas camionetas chevrolet 4×4, al mando de temerosos terratenientes costinos, no se atrevían a cruzar la “poza” de agua, (Yo tampoco lo hubiera hecho si antes no hubiera observado que cruzó antes un Ford Falcón año 75), rápidamente pensé en altura estamos similares, el motor del escarabajo va atrás bien cerrado, y además ya le hice lavado de motor “a  lo mero macho”  con agua fría a chorros y nada, por lo que si el agua entra no se va a detener, así que adelante, mientras los “viejos” de la camioneta observaban atento a mi resultado,  retomé la marcha en segunda con lentitud, y en pocos segundo gané la otra orilla, con bocinazos de algarabía de autos-testigos, y gritos del público ocasionalmente ubicado en el palco de las veredas y las casas conlindantes, bajé la ventanilla y junto a las bocinas y las manos en alto conla V del triunfo y la victoria, enfrenté al cielo , con la proeza de mi pequeño escarabajo azul, ante las todopoderosas camionetas todo terreno de último año. Lástima que no hubiera registro gráfico y visual de  aquello. Así va un esbozo de “prueba en terreno” para conversar con el poeta José Tomás Labarthe, con quién estamos por fundar el “Club de los escarabajos de la poesía curicana”, narro esto en momentos que Labarthe, anda feliz con su nuevo libro publicado “P”, libro que espero con ansiedad, mientras comparto con ustedes el apego a estas máquinas de un lejano origen germano, que siguen haciendo historia en la cotidiana poesía de cada día.

Texto y fotografías:

Rodolfo de los Reyes

rodolfodelosreyes@yahoo.es

Otro artículo del mismo autor: INFLUENCIA DE ROQUE DALTON EN ARTISTAS CHILENOS

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