María vio en el horizonte
el sol rojo
que se hundía.
Observó
cómo la luna
se ocultaba
tras las nubes.
María sufrió en silencio
el repudio de su amante:
la indicación
de que el amor
era una cosa rara de encontrar.
Comprendió entonces el rechazo
de sus amigas:
rotunda señal de que un ciclo
había terminado.
Abrió los ojos
y se dio cuenta
que todo era verdad.
.
Por primera vez
había estado,
sincera
y profundamente,
mirando
dentro de su pecho.
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Escrito por
Óscar Perdomo León
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