Cae la lluvia
y el musgo verde
crece,
aferrándose a mi pecho.
Cae la lluvia
y mis ojos miran
al niño que fui,
caminando entre los ríos diminutos
de la calle.
Las gotas gigantes revientan
en el suelo
y el insecto descuidado
huye despavorido.
Yo elevo mi rostro al cielo,
abro la boca
y me trago
las ínfimas gotitas.
Cae la lluvia
y todo vuelve,
todo vuelve…
Cae la lluvia
y las flores
ríen
a carcajadas de miel.
.
Escrito por
Óscar Perdomo León.
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