MI PADRE. 33 años, 32 días


A Wendy

*
Lo amado y perdido lo añoramos con fuerza. Y ese es el sentimiento que tengo sobre mi papá. La muerte nos lo arrancó en el momento más inesperado y de una manera tan injusta. Nos tomó por sorpresa. Pero así es la naturaleza a veces, perversa.

Mi papá se llamaba Óscar Alfredo Perdomo Escobar y tenía apenas 33 años de edad cuando un aneurisma en el Polígono de Willis, que yacía oculto dentro de su cerebro, explotó irreversiblemente. Cayó en coma durante unos días, para después fallecer un 05 de diciembre de 1972.

Cuando lo veo en la fotografía de arriba, tan joven, tan lleno de vida, con ese semblante al estilo de los actores de cine de los años ´50, no puedo creer que yo, ahora, haya superado con mucho la edad que él tenía cuando murió. Para entonces yo era un niño que lo veía alto y “viejo”; pero eso es un espejismo de las edades y ya sabemos muy bien que todo es relativo.

En esa foto de arriba mi papá me recuerda también las poses de galán que en ocasiones tomaba Pedro Infante. Y mucha gente mayor que conoció a mi papá sabe que a él le gustaba cantar, cuando alguien lo acompañaba con una guitarra, los boleros que entonaba Pedro y todos coinciden en que lo hacía muy bien. Yo más bien lo recuerdo cantando en la ducha de la casa: lo hacía con intensidad, con entrega, se sentía que de verdad lo estaba disfrutando, hasta el punto que una vecina que lo escuchaba cantar y cuyo hijo se había suicidado, le dijo un día a mi mamá: “¡Qué bonito canta Óscar!… y a mi hijo nunca lo oí cantar”.

Sus viejos amigos me han contado que sus características principales eran su alegría y su carisma. Todo el mundo lo amaba. En las reuniones siempre era el centro de atención. Daba su amistad con sinceridad. La envidia, el odio, la intriga y la injusticia no tenían nada que ver con él. Y no lo estoy idealizando, por supuesto que tenía defectos; pero su magnanimidad era tal que opacaba sus fallas.

Rosa Nohemí León y Óscar Alfredo Perdomo Escobar **
A finales de los años ´60, principios de los ´70, mi papá tenía un bonito hogar junto a mi mamá, Nohemí León. De esos días, lo que tengo impregnado en mi recuerdo, es a mi papá sentado frente al tocadiscos, entregado al placer de la música, mirándome y asintiendo de vez en cuanto, como haciéndome cómplice de su goce, escuchando “Jimena”, de Waldo de Los Ríos; “Te fuiste en abril”, de Palito Ortega o “Cariño, verdad” interpretada por los Churumbeles de España. Esas memorias y esa música para mí ahora son como íntimos cortometrajes de magia, con imágenes vivas y seductoras en mi cabeza.
Mario, Óscar padre y Óscar hijo ***
Mi hermano Mario y yo disfrutamos de su compañía y sé que ambos tenemos muchos recuerdos de él. Pero mi hermana Wendy, quien tenía apenas 32 días de nacida cuando mi papá murió, no tuvo la oportunidad de conocerlo realmente. Por eso quiero compartir este otro inconcluso cortometraje querido que tengo filmado en mi cabeza: mis padres regresan del hospital con una linda bebé que era mi hermana. Mi papá y mi mamá rebosan de alegría y nos muestran a la blanca niña. Mario y yo la miramos con una mezcla de admiración y de felicidad. Por la noche mi papá se pasea por toda la sala de nuestra casa cargando a mi hermana. Le habla y le canta. Le sonríe…
 
Wendy Perdomo ****
Nadie sabe nunca cuando va a ser visitado por la muerte. A mí sólo me quedan los recuerdos y los deseos de vivir sin miedo y con alegría, con honestidad y entusiasmo. Creo que es como le hubiese gustado a mi padre verme existir.

Texto:

Óscar Perdomo León

 

Fotografías:
* tomada por fotógrafo desconocido en 1958.
** y *** tomadas por Jorge Vásquez en 1970 y 1971, respectivamente.
**** tomada por Óscar Perdomo León en enero de 2007

 

5 respuestas a “MI PADRE. 33 años, 32 días

  1. Me impactaste como siempre, me partiste el corazon, esa es la unica razon por la que alguna vez he sentido envidia(de la buena), quisiera que me pudieras transmitir tus imagenes a mi cabeza…dichosos fueramos si pudieramos hacerlo a traves de una memory…jajajaja la tecnologia no ha llegado todavia a tanto, espero estemos vivos para ese entonces y que tus recuerdos se mantengan vivos para siempre. Pero con el hecho de contarmelo ya me llenas de alegria y orgullo.
    Te quiero hermano.

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  2. me gusta la manera q plasma el recuerdo de su amado padre y el respeto y admiracion q le profesa pero aun mas me encanta la manera en que termina su relato diciendo q q le queda el deseo de vivir «sin miedo y con alegria» con honestidad y entusiasmo,
    Estoy segura q su padre desde el cielo esta muy orgulloso de sus logros personales, profesionales pero sobretodo de la calidad humana y sensibilidad artistica q corre por sus venas,
    Reciban un abrazo con carino desde seattle
    su amiga
    Dra Leticia Jovel

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  3. OMG.me a hecho llorar con esta linda historia yo me acuerdo de su querido padre.gracias a dios que a podido superar tan grande perdida en su vida.que dios me lo bendiga y su linda familia!!!!!

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