Las imágenes reventaron con luces de colores y sonidos gratamente estridentes, como suaves petardos… Y yo flotaba entre hiedras flotantes y flores aromáticas, en un paraíso soñado. Cuando puse por fin mis pies, delicadamente, sobre el suelo, me di cuenta que caminaba sobre una espuma suave y verde de plantas exóticas. Aspiré el aire puro y sonreí. Si la felicidad es una paz que te hace sentir completo, yo estaba completo. Era mi corazón y yo con la expresión de entera satisfacción.
Sin embargo, de pronto escuché un trueno tras otro, intensos e interminables… A mi alrededor desaparecían los colores y el aire se volvía turbio.
Abrí los ojos y desperté en la oscuridad de la madrugada, sudoroso y respirando aceleradamente. A lo lejos sonaban disparos, continuaban como truenos interminables…
Escrito por
Óscar Perdomo León
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