EL INOLVIDABLE ROBIN WILLIAMS

5.0.2

A Robin Williams siempre lo voy a recordar por unas frases que dijo en la película La sociedad de los poetas muertos: «Nosotros no leemos  y escribimos poesía porque es bonita; nosotros leemos y escribimos poesía porque somos parte de la raza humana. Y  la raza humana está llena de pasión. La Medicina las Leyes, la Economía y la Ingeniería son actividades nobles y necesarias para sostener la vida. Pero la poesía, la belleza, el romance y el amor, son cosas por las que nos mantenemos vivos.»

Inolvidable película. Inolvidable Robin Williams.

En sus actuaciones en el cine siempre puso mucho corazón; sus personajes son verdaderamente intensos.

Pero como comediante, que creo era su esencia, siempre fue brillante, especialmente en la comedia stand up.

Este día les traigo dos escenas de la Sociedad de los poetas muertos.

¿POR QUÉ LEEMOS Y ESCRIBIMOS POESÍA?

Para quien no pueda hacer correr en mi blog el anterior video, lo puede hacer dando un clic en el siguiente enlace: ¿POR QUÉ LEEMOS Y ESCRIBIMOS POESÍA?

VER LAS COSAS DESDE OTRA ÓPTICA

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Óscar Perdomo León

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EL TIGRE AGAZAPADO Y EL DRAGÓN ESCONDIDO. Una película de Ang Lee

Una película que eleva las artes marciales a coreografía poética y cuya música es una de las más hermosas que he escuchado en el acompañamiento de las imágenes cinematográficas, no podía menos que ser algo memorable, una de esas piezas de arte que a pesar del paso de los años no se me ha borrado de la mente.

Este largometraje del año 2000 tuvo un gran éxito de taquilla y no siempre las mejores y más artísticas películas van de la mano con ese tipo de éxito. La historia que se cuenta, y que transcurre en el siglo XVII, es realmente una maravillosa trampa para atrapar espectadores comunes y cinéfilos sin remedio, porque está llena de aventuras y de secuencias de acción, así como también tiene escenas de romance; pero principalmente está llena de buenos diálogos, una bellísima fotografía y unas actuaciones envidiables.

Las actuaciones, como decía, son realmente buenas y creíbles. Li Mu Bai (interpretado por Chow Yun-Fat) es un guerrero famoso y casi una leyenda viviente, quien posee en sus manos una espada de 400 años de antigüedad, conocida como el Destino Verde, y que lo ha acompañado en sus múltiples campañas para imponer la justicia. Pero Li Mu Bai quiere dejar la vida que ha llevado porque está enamorado de Yu Shu Lien (Michelle Yeoh), quien también es una guerrera extraordinaria. Vuelven ambos a reencontrarse cuando Li Mu Bai decide regalar el Destino Verde a su mecenas. Sin embargo, no contaban ellos que la cara espada sería robada por Jen (Zhang Ziyi), una talentosa y obstinada aristócrata que ha aprendido las artes marciales a escondidas de sus padres y bajo la tutela de una asesina buscada por la justicia.

El robo del Destino Verde desencadena una serie de eventos que conducirán a inesperadas aventuras.

Unas de las mejores secuencias de la película es cuando los protagonistas principales, guerreros habilidosos, combaten con destreza, porque están revestidos de una especie de poderes mágicos que les da la capacidad de volar y escalar las paredes de una manera muy fácil. Me gusta mucho que estos poderes se presentan sin anunciarlos, de una forma natural y espontánea.

He dicho que la música es una cosa grandiosa y creo que una de los segmentos más bellos de esta música son los que suenan durante las escenas en el desierto.  La sensibilidad de Ang Lee para mostrarnos una China generosa, llena de contradicciones y bellezas, de honores y traiciones, de celos y de amores, de realidades crudas y de serenas fantasías, es la clave de la grandeza de esta película.

No puedo terminar sin decir que el amor es una constante en esta historia y sin embargo, todos los amores que bullen en ella, fracasan trágicamente.

Texto:

Óscar Perdomo León

UNA VIDA MEJOR. Una película de Chris Weitz.

El doloroso drama de los emigrantes ilegales mexicanos, salvadoreños, guatemaltecos, etc. es de lo que trata «Una mejor vida». Trata acerca del típico hombre pobre que deja su país latinoamericano, por la falta de oportunidades y en la búsqueda de una mejor situación económica. Trata sobre los sentimientos  de amor de un padre hacia su hijo.

La temática de la separación obligada de las familias, a través de la deportación, nos cae a los espectadores como una fuerte bofetada y nos despierta y nos alerta sobre las leyes injustas e inhumanas con las que se rige este mundo, en donde los pobres siempre se llevan la peor parte. Se ve el lado bueno del “sueño americano”, pero también su lado más oscuro y siniestro. Es la cruda realidad que viven nuestros compatriotas día a día, pero en la película tenemos la oportunidad de mirar esa realidad de una forma más humana a través del rostro del personaje principal, Carlos Galindo (Demián Bichir).

Carlos Galindo es un jardinero que trabaja en Los Ángeles, California, de una manera dura y poniendo siempre todo su esfuerzo. Cada día es una lucha constante por ganarse el sustento. Pero en él, el rol negativo (como por ejemplo de vendedor de drogas, etc.), ese cliché que ha infestado las pantallas del cine hollywoodense, no aparece. En él, por el contrario, se pueden encontrar los valores de honestidad, responsabilidad, bondad y amor hacia su familia. Su hijo Luis (José Julián), quien vive su adolescencia de rebeldía y acechado por el riesgo de ingresar a una pandilla, es su razón de vida y de esfuerzo.

Al principio el ritmo de la película, dirigida por  Chris Weitz , se siente un poco lento; sin embargo, a medida que los personajes se van dibujando, con todos sus colores y todas sus aristas, y la trama se tuerce creando problemas que desembocarán en la deportación de Carlos, los espectadores se puede llegar a sentir identificados con ese dolor y esa desgracia que sufren nuestros hermanos latinoamericanos. Pero en tratar de resolver todas las dificultades, padre e hijo se unirán de una manera en la que nunca antes habían estado.

La actuación de Bichir es realmente buena; se apodera de su personaje desde la piel hasta la última célula sanguínea. Las escenas finales, cuando se despide de su hijo y cuando va de regreso hacia Estados Unidos a través del desierto, Demián Bichir nos demuestra con lujo de detalles que no es ningún actor improvisado. Muy merecida su nominación al Oscar como mejor actor.

Texto:

Óscar Perdomo León

Esta reseña se publicó originalmente en LA CINERATA

LA OTRA TIERRA. Una película de Mike Cahill.

La idea de un universo paralelo, con realidades alternativas, es una teoría basada en las probabilidades. La inmensidad del universo es algo inabarcable. Pero también inmensas son las emociones humanas: el sentimiento de culpa, el odio, el amor, el perdón…  Este es el centro y la médula de la película «La otra Tierra», que vio la luz en el año 2011, y fue dirigida por Mike Cahill. Fue co-escrita por Mike Cahill y, por su actriz principal, Brit Marling.

Este largometraje es un drama bastante intenso con una historia original; aunque hay momentos que pareciera que el ritmo es lento, en realidad la mayor parte me gustó, y creo que esto fue gracias principalmente a la actuación bastante buena de Brit Marling.

Todo inicia cuando la adolescente Rhoda Williams (Brit Marling) va manejando su vehículo, con unos tragos de más, mientras escucha en la radio sobre la existencia de un planeta similar a la Tierra, conocido como “La Tierra 2” y que se mira sólo como un punto azul.

A unos metros de allí se encuentra haciendo alto un automóvil en donde se conducen una familia de tres: un padre, una madre (que además está embarazada) y su hijo.

Rhoda, distraída mirando a través de su ventana ese planeta, se estrella contra ese automóvil. La escena es impactante, tanto por el ángulo en que fue filmada, como por el silencio que la antecede.

En el accidente mueren la mujer y el niño. El padre, cuyo nombre es John Burroughs, personificado por el actor William Mapother, permanece en coma durante mucho tiempo.

Rhoda va a la cárcel por cuatro años y al salir, decide trabajar en limpieza en una escuela, que sería una especie de autocastigo por los asesinatos cometidos, aunque involuntariamente, pero la culpabilidad la sigue hiriendo.

“La Tierra 2”, que al principio sólo era un puntito azul en el cielo, poco a poco se va acercando a la Tierra, con luna incluida, como en una imagen en espejo. Pronto se organiza un viaje estelar, cuyos boletos son carísimos, pero en Internet hacen un concurso para ganarse un boleto en ese vuelo especial; para ganarlo hay que escribir una prosa con las razones convincentes de por qué se querría ir a ese viaje. Rhoda escribe y gana el boleto.

 Leyendo un periódico, se da cuenta que John Burroughs ha salido del coma. Va a su casa para pedirle perdón, pero pierde el valor de hacerlo y le dice una mentira: que ella es de una organización de limpieza gratis.

En este punto, y con el trascurrir de los días, se alcanza y se forma una relación entre ellos, que crece hasta el romance.

La película es muy interesante porque se mezcla la vida contemporánea con la ciencia ficción de una manera bastante creíble. Es una cinta sin mucho diálogo, pero sí, a través de imágenes, con cambios de luz, de vestuario y de maquillaje, nos va contando la evolución sentimental de los dos principales personajes.

¿Viajará Rhoda al espacio exterior? ¿Llegará a saber John Burroughs que Rhoda fue la adolescente que manejaba irresponsablemente el vehículo que causó el fatal accidente?

Por supuesto que no les voy a contar el final, pero les puedo decir que, a mi parecer, la película termina muy bien con un giro inesperado para el espectador.

Texto:

Óscar Perdomo León

Revisión de ortografía y redacción: Laura María Perdomo Pacas.
Imagen tomada de Google.
Publicado originalmente en LA CINERATA

LA LAPIDACIÓN DE SORAYA M. Una película de Cyrus Nowrasteh.

La historia da inicio en el año de 1986, y se lleva a cabo en Irán,  cuando el periodista francés-iraní Freidoune Sahebjam (personificado por Jim Caviezel) tiene un desperfecto mecánico en su carro y al llegar a un pequeño pueblo para que se lo arreglen, se encuentra con Sahra (Shohreh Aghdashloo), una mujer que se da cuenta que él es un periodista y, a escondidas de los demás, le cuenta la terrible historia de su sobrina, Soraya.

Soraya (Mozhan Marnò) está casada con Ebrahim (David Diaan), con quien tiene dos hijos y dos hijas. Pero Ebrahim se ha enamorado de una chica de 14 años de edad y para divorciarse de Soraya tiene que darle una especie de herencia, la cual él se niega a brindar, de tal manera que, de una manera fría y calculadora, maquina una forma de deshacerse de Soraya: la acusa de adulterio, un delito grave bajo la religión islámica, para lo cual el castigo es la muerte por lapidación.

En este punto es fácil para el espectador comprender que las mujeres iraníes no tienen voz ni voto en las decisiones grandes de su país, así como también puede establecer y ser testigo de la injusticia llevada a sus máximas consecuencias.

En un país donde la vida de los ciudadanos y el accionar del gobierno están supeditados a una religión, con sus preceptos antiguos y violentos, llenos de ignorancia y prejuicios, no puede resultar nada bueno. Un país donde el laicismo está ausente, el atraso en la educación y en las relaciones sociales es evidente.

Y de esto es lo que trata «La lapidación de Soraya M.», (conocida en español como «La verdad de Soraya»), producción estadounidense que vio la luz en el año 2008, y cuyo guión está basado en el libro que escribió Freidoune Sahebjam, «La Femme Lapidée».

Este largometraje también aborda esencialmente la injusticia inclinada en contra de la mujer y su ausencia de derechos.

Si el Islam justifica el asesinato (como también lo hace el antiguo testamento de la Biblia), y si esta religión es seguida de una manera fundamentalista por muchas personas en el mundo, podemos decir con tristeza que la violencia no tendrá fin.

La escena de la lapidación es tan real que me parece que nadie puede quedarse indiferente ante tal acto de bestialidad.

Las actuaciones son exquisitas, sumamente creíbles, dignas de ser premiadas en cualquier gran festival de cine. Y la música es muy importante y bella en la historia. Pero lo principal es que su realismo conmueve y nos sensibiliza  ante un problema de machismo, de brutalidad y de muerte con tortura que aún se sigue empleando en varios países islámicos fundamentalistas.

Los dejo con un avance de la película.

Texto:

Óscar Perdomo León

Esta reseña originalmente fue publicada en LA CINERATA