En El Salvador se le conoce como “cueruda” a aquella persona que aguanta con estoicismo –y hasta con cierto cinismo- todo lo que le pueda ocurrir, como el dolor, las regañadas, las vergüenzas… Pero más allá del tinte peyorativo que pueda tener esa palabra, hay que ver que muy en el fondo el ser cuerudo denota tener valor y resistencia.
Habiendo aclarado el concepto “cuerudo”, les voy a contar que tengo unos amigos y amigas con quienes hemos formado el grupo Los Cuerudos. Nos reunimos a platicar, a contar chistes, a escuchar y tocar música, a jugar baloncesto…A medida que el tiempo ha pasado y que hemos ido ganando confianza entre nosotros, las bromas verbales de unos hacia otros han ido creciendo.
Esas bromas que nos hacemos, aunque a veces parecen pasarse de la raya, no dejan de tener algo inherente: llevan el cariño de la amistad.
Y aunque algunos a veces se resienten y enojan, se les pasa rápido, muy rápido. Y la tolerancia y el sentido del humor se han hecho cada vez más grandes. La madurez mental se ha vuelto más y más sólida.
Interesante experimento social.
En un país en donde te pueden matar por una mala mirada, por un parqueo, por robarte el teléfono celular y por las cosas más triviales que se te puedan ocurrir, es bonito y un gran alivio convivir con personas como Los Cuerudos.
Escrito por
Óscar Perdomo León
***