I
Hermana, hermano, den su mano a esta criatura dolorida,
a esta media mirada
que gotea una lágrima.
Mi tristeza es un panal amargo, un colibrí con alas rotas,
una mirada perdida
en ninguna parte.
II
Mi rostro fue cortado.
Una mitad solloza
y la otra cayó en la basura.
No importa.
Creo que como una estrella de mar o una lagartija nerviosa
regeneraré un día en mi cara
la sonrisa.
III
Los días avanzan incansables,
-directos en su misión-
implacablemente
buscando mi muerte.
Los días no se equivocan. Llegarán a su destino.
IV
Mientras tanto, con la mitad de vida que me queda,
abrazaré la música,
besaré a mis hijas,
devolveré a mi madre
una palabra amorosa.
V
Hermana, hermano: gracias por no soltar mis dedos.
Amigo lejano: gracias también. Tu cercana presencia alivió mi angustia.
Ahora estoy seguro:
mi rostro mutilado
emergerá
de las tinieblas.
***
Escrito por
Óscar Perdomo León
Grandioso Poema
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Rodolfo.
Me gustaMe gusta