I
Aunque a veces parezca que no te quiero
te llevo en la punta de mi lengua y de mis versos.
Aunque a veces parezca que no te quiero
he memorizado el olor de tu piel como mi melodía más querida.
Aunque a veces parezca que no te quiero
para mí toda la brisa del hombre y la mujer somos nosotros.
Y aunque nuestras vidas sean dos ríos que divergen
sé que al fin un día nuestras aguas
han de llegar al mismo mar.
II
Tu nombre sonríe.
Yo lo pronuncié en cursiva para que se me fuera la soledad;
pero me siento como un niño perdido en un desierto gritando un nombre,
gritando un nombre…
Infinita mirada oscura, interminable ilusión,
desde que te conocí y te sentí lejos
te agregaste sutilmente a la angustia que mantengo.
Yo, ciego de grandes dimensiones,
lúgubre palabra de amor,
vértigo interminable,
espejo roto en mil pedazos,
espero
un oído abierto
a mis versos,
una piel
en la cual guarecerme.
La noche con sus espinas de hielo, se inserta en mi cuerpo.
El sueño se me muere.
Fumo…
lloro…
y tu rostro me parece
una imagen que soñé.
***
Escrito por
Óscar Perdomo León
***
Que bueno que aun mantengas el sitio. Me gustaria consultarte si tienes el libro Mangore El Maestro que Conoci del Dr Bracamontes. Estoy realizando una investigacion sobre los alumnos de Mangore y no he podido encontrar el libro por ninguna lado.
Me gustaMe gusta
Gracias. Te escribiré a tú correo, Rodolfo.
Me gustaMe gusta
Perfecto, Estare esperando. Muchisimas Gracias.
Me gustaMe gusta
Que buena inspiración, cuando el dolor duele(Valga la redundancia)….
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por el comentario y por visitar mi blog, Carles Puyol.
Me gustaMe gusta