UNA ESPECIE DE MAGIA ESTRAÑA

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Cuando era un niño muy pequeño y habiendo leído muy poco y conociendo tan poco el mundo, escuché por primera vez en una grabación de un cassette a una orquesta tocando música popular, pero con arreglos muy originales. Sentí que me habían movido el piso. Escuchaba y me acuerdo que me quedaba perdido mirando el techo sin mirarlo, sólo navegando en un universo de sonidos que me embriagaban.

Salía al patio y me encontraba con las ixoras rojas, que florecían como la música que me rodeaba.

Después, cuando era un niño más grande, uno que no había entrado aún a la adolescencia, viviendo en la reducida estructura social de un pequeño pueblito y aislado de lo que ocurría en el mundo, escuché por primera vez una orquesta sinfónica en un disco de vinilo. Sonaba tan cercana y tan lejana a la vez, tan real, pero tan increíble y tan inverosímil para mi inocencia y mi ignorancia. Ese día sé que entré en otro espacio de la galaxia que no conocía.

A medida que fui ampliando mi mundo musical, como un oyente persistente, me fui dando cuenta que, en el arte de los sonidos, la melodía es el corazón, el punto central por el que me enamoraba más de una música que de otra.  Era algo incomprensible. Era una especie de magia extraña.

(Sin duda que las letras de la canciones, cuando son muy buenas, a veces sobrepasan a las melodías y tocan muy en el fondo de mis sentimientos. Pero a mi parecer, las melodías siguen llevando la delantera.)

Me resultaría imposible enumerar toda la música que me gustó y me marcó. Si digo Serrat, Los Beatles y Beethoven, sería sólo mencionar la punta del iceberg…

Un día de estos estaba leyendo un libro y sin conexión aparente empezó a sonar súbitamente en mi cabeza, una de esas canciones que escuché en mi lejana adolescencia: «Strange magic» de la banda británica Electric Light Orchestra. Aunque la canción salió en 1975, yo la escuché por primera vez allá por 1980.

Me dieron ganas de tocarla y la grabé. Aquí se las dejo. (Grabación casera)

STRANGE MAGIC
(Versión instrumental).
Compuesta por Jeff Lynne (Electric Light Orchestra).
Guitarras y bajo eléctrico: Óscar Perdomo León.

Escrito por

Óscar Perdomo León

NO PUEDO VER A NADIE. Los Bee Gees. (Cinco versiones)

New_York_Mining_Disaster_1941

«I can´t see nobody» es una canción de los Bee Gees, escrita por Robin y Barry Gibb en 1966 y lanzada por primera vez en Inglaterra en 1967 en el lado B del sencillo «El desastre minero de Nueva York, 1941», y luego fue incluida en su tercer LP.

Esta canción es una de esas que, por motivos que no logro descifrar, me conmueve mucho; puede ser todo, la melodía, la armonía, el arreglo orquestal, la peculiar voz de Robin…  las voces de los tres Bee Gees en el estribillo… no sé…  Es quizás sólo una bella canción de amor, como pocas.

Por eso este día quiero compartir con ustedes cinco versiones de esa misma canción, empezando con la voz poderosa de la croata Josipa Lisac (grabada en 1967); luego escucharemos la versión original de los Bee Gees (1967); después podremos disfrutar de una versión bastante original de 1969 ejecutada por el dúo inglés conformado por Graham Bonnet y Trevor Gordon, The Marbles; luego escucharemos una versión casera, podríamos decir, pero interesante, y con un solo muy bonito de guitarra, interpretada por Robert y Deborah Carothers; y finalmente, para cerrar con broche de oro, podremos ver y escuchar a una de las grandes del jazz, la estadounidense Nina Simone, con su propia versión de 1968 de «I can´t see nobody».

Óscar Perdomo León

***

I CAN´T SEE NOBODY. Josipa Lisac.

I CAN´T SEE NOBODY. Bee Gees.

I CAN´T SEE NOBODY. The Marbles.

I CAN´T SEE NOBODY. Robert y Deborah Carothers.

I CAN´T SEE NOBODY. Nina Simone.

***

I CAN´T SEE NOBODY
I walk the lonely streets,
I watch the people passing by.
I used to smile and say hello.
I guess I was just a happy guy.
Then you happened, girl.
This feeling that possesses me.
I just can’t move myself.
I guess it all just had to be.
[Chorus:]
I can’t see nobody, no, I can’t see nobody.
Mine eyes can only look at you, you.
I used to have a brain, I used to think of many things.
I watched the falling rain and listened to the sweet birds sing.
Don’t ask me why, little girl.
I love you and that’s all I can say.
You’re ev’ry ,ev’ry breath I take.
You are my nights; my night and day.
[Chorus]
Every single word you hear
Is coming from this heart of mine.
I never felt like this before
A love like yours so young and fine.
And now as I try to forget you
It doesn’t work out any way.
I loved you such a long time ago
But in my eyes you’ll always be.
Every single word you hear
Is coming from this heart of mine.
I loved you such a long time ago
Don’t know why,
And I don’t know why, baby
[Chorus: x2]

***

SEIS BELLAS VERSIONES DE SUMMERTIME

George Gershwin

Summertime es ya un clásico, un standard del jazz, que fue compuesto por George Gershwin en 1933, como parte de la ópera Porgy y Bess, estrenada en 1935. La  letra fue hecha por DuBose Heyward, Dorothy Heyward e Ira Gershwin. Se dice que ha tenido 32, 000 versiones. No las he escuchado todas, por supuesto; pero aquí les presentaré, de las que he  escuchado, algunas de mis favoritas.

La primera es la versión en vivo de 1975 de George Benson.

La versión de Sara Vaughan, de 1957, es realmente una maravilla.

Otra de mis versiones favoritas es la de Miles Davis y Gil Evans, grabada en 1958.

 Una de las más exitosas, económicamente hablando, fue la versión de Billy Stewart, de 1966.

El gran saxofonista Charlie Parker también hizo su versión.

Gracias a Carlos Bautista, gran promotor del jazz en nuestro país, pude conocer esta última versión que les presento. Es una de las más bellas. Es un dúo nada más y nada menos que de Ella Fitzgerald yLouis Armstrong.

LETRA DE SUMMERTIME

Summertime

and the livin’ is easy.

Fish are jumpin’

and the cotton is high.

Your daddy’s rich

and your mamma’s good lookin.’

So hush little baby,

don’t you cry.

One of these mornings

you’re going to rise up singing,

then you’ll spread your wings

and you’ll take to the sky.

But till that morning

there’s a’nothing can harm you

with daddy and mamma standing by.

Texto:

Óscar Perdomo León