Mirar pasar el tiempo
y saber que un desconocido
día
cerraré los ojos
para unirme
a la energía inmortal.
Ser el alimento
de una planta o un gusano,
ser entonces ya una parte simple
del universo.
Cantar un verso
y hacerte mía
aunque sea un último día
en un mundo inverso.
¿Qué es la felicidad?
Es escribir la letra
de una canción
honesta
que toque tus entrañas
y que muestre
tu rostro
como en un espejo.
El tiempo
sigue corriendo
y la incertidumbre
está
a la vuelta de la esquina.
Pero hay algo que es seguro:
el mundo seguirá
aun cuando mis huesos
hayan desaparecido.
Los siglos pasarán.
Las montañas morirán
y otras nacerán.
Mas el poema
de la energía universal
seguirá generando vida
en éste
o en otro planeta.
Todo y nada.
Nada es para siempre,
todo cambia, todo cambia…
Los ríos fluyen hacia el mar
y la luna gira
hermosa y misteriosa
esta noche
en mi pupila.
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Escrito por
Óscar Perdomo León
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