Un abrazo limpio y largo,
pudo darte más amor
que mil palabras.
No necesitabas escuchar
el término amistad,
si quien te hablaba
tenía la voz reposada
sobre el manto de la claridad.
Un adiós no duele tanto,
si hay aceptación
guardada
en el bosque azul de la sinceridad.
En una mirada verde y transparente
contemplaste la belleza del pasado,
las calles llenas de flores
que te llevaban directo
a este corazón
que alguna vez amaste.
Y ese abrazo prolongado
de despedida,
nos abrió las ventanas y las puertas
que ahora nos conducen,
sin dramas ni rencores,
por caminos
diferentes.
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Escrito por:
Óscar Perdomo León
Fotografía extraída de EN LA INTIMIDAD.
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