Es una casa de animalitos marinos
y es el destino de mis sueños piratas.
Su inmensidad es abrumadora
y sin embargo,
esta arena que no supera
a los miles de millones de estrellas
del universo,
colma mis ansias
de turista desvelado,
que acude al mar
como en busca de una respuesta.
Arena salada,
dispersa y viajera,
infinita para mis ojos
provincianos,
entendé que la gran ciudad de estrellas
en el cielo
mira con alucinantes ojos
nuestros pasos.
Ellas,
las estrellas,
entienden nuestra
pequeñez.
Arena húmeda y seca,
que brillás
con luz robada:
las estrellas incontables
-asteriscos luminosos-
son comprensivas
y te abrazan.
Saben que sos hija
de un tiempo remoto
y de una lejana estrella ,
saben que sos hermana
de los cangrejos y los delfines,
de las ballenas y las ostras,
de mis palabras
y mi música.
Saben que sos pariente cercana
de mi amor
y de mi sangre.
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Escrito por
Óscar Perdomo León
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Fotografías tomadas por
Óscar Perdomo León
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