
Pueden ver, dando un clic AQUÍ y ACÁ, la primera y la segunda parte, respectivamente, de este artículo de opinión.
¿Y pensadores como Dostoievski, Schopenhauer, Darwin o C.S. Lewis abordaron este dilema del dolor en la naturaleza?
1-Fiódor Dostoievski – “Los hermanos Karamázov”
“Todo el conocimiento del mundo no vale las lágrimas de un solo niño inocente.” En esta novela, el personaje Iván Karamázov no niega la existencia de Dios, pero se niega a aceptar un mundo donde ese Dios permite el sufrimiento de los inocentes. No le interesa el cielo si ese cielo se construye “sobre la sangre de un niño aterrorizado”. Es decir que, si Dostoievski se horrorizaba por el sufrimiento humano, imaginen lo que pensaría de millones de animales conscientes siendo comidos vivos durante millones de años. Es probable que también rechazara un Dios que diseñara un mundo así.
Para quien no pueda hacer correr este video acá en mi blog, lo puede mirar dando un clic AQUÍ.
2-Charles Darwin – El creador de la teoría de la evolución y del dilema naturalista. Darwin, que comenzó su vida como creyente, quedó profundamente perturbado por el sufrimiento en la naturaleza, especialmente por los parásitos que devoran a sus huéspedes desde dentro. “No puedo convencerme de que un Dios benevolente y omnipotente haya diseñado intencionadamente los Ichneumonidae [avispas parásitas] con la intención expresa de que se alimenten de los cuerpos vivos de orugas.” Darwin no sólo puso en jaque la idea del diseño divino, sino que también apuntó directamente al problema del dolor biológico como un argumento contra la bondad divina.
3-Arthur Schopenhauer – El pesimismo total. Para Schopenhauer, el mundo es una fábrica de sufrimiento. Creía que el deseo, la necesidad y el dolor son el motor de toda vida… y que, por tanto, la existencia misma es una maldición. “Si los animales fueran conscientes de la cantidad de sufrimiento en el mundo, se preguntarían si la vida no es, en realidad, un castigo.” Schopenhauer rechazó cualquier noción de un “Dios bueno”. El dolor de los animales era prueba de que el universo es, en esencia, indiferente o maligno.
4- C.S. Lewis – De creyente feliz a creyente desgarrado. C.S. Lewis escribió El problema del dolor intentando justificar la existencia del sufrimiento. Pero más tarde, cuando perdió a su esposa, escribió Una pena observada, donde se sincera brutalmente: “¿Dónde está Dios?… Cuando estás feliz, tan feliz que no sientes necesitarlo, él parece acogedor y sonriente. Pero ve a Él cuando tu necesidad es desesperada… y lo que obtienes es una puerta cerrada.” Aunque defendía la fe, Lewis reconocía lo inexplicable del sufrimiento animal, y que cualquier respuesta “desde arriba” se siente como un consuelo vacío cuando uno observa el horror de cerca.
5- Richard Dawkins – “La naturaleza no es buena ni mala. Es indiferente.” Dawkins no cree en Dios, y su respuesta al problema es reemplazar a Dios con ciega selección natural: “La naturaleza no es cruel, pero tampoco es bondadosa. Sólo está. Y lo que está, lo está porque ha sobrevivido.” En su visión, el sufrimiento no necesita justificación. No hay diseño, ni moral, ni propósito. El dolor existe porque el sistema funciona con dolor, y punto.
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Reflexión final que pone el dedo en una herida que ninguna religión ha podido sanar del todo. Lo que está claro es que el sufrimiento animal no tiene explicación moral satisfactoria bajo un Dios bueno, a menos que redefinamos a Dios o aceptemos que la naturaleza fue diseñada por una fuerza indiferente, o incluso cruel. Hay dolores que ningún paraíso puede justificar.
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